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El médico Jesús Maujo, ayer, en el Centro de Personas Mayores de Las Meanas.
«La persona que ha vivido en un entorno rural es más resistente que la urbana»

«La persona que ha vivido en un entorno rural es más resistente que la urbana»

El doctor Maujo advierte de la incidencia de las cuestiones sociofamiliares en la salud

C. DEL RÍO

Jueves, 6 de abril 2017, 04:06

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El doctor Jesús Maujo, adjunto al servicio de urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias, advirtió ayer del aumento de patología relacionada con el entorno sociofamiliar. Las preocupaciones por el desempleo de los hijos o una mala relación con ellos «provoca muchas veces una sintomatología somática» que debilita la salud de quien lo sufre. Este entorno sociofamiliar es uno de los factores de riesgo en el concepto de 'fragilidad' empleado hoy en día para valorar el estado de salud de una persona mayor, tal como explicó Maujo en la charla '¿Debo ir al médico? Señales de alarma', enmarcada en la II Semana de la Salud del Centro de Mayores de Las Meanas.

Señaló que la fragilidad es un «elemento predictor de una mala evolución en la calidad de vida», asociado a la edad, a enfermedades y a estilos de vida, aparte de a esos factores socioeconómicos. «Ahora no se hace una valoración vertical de la persona mayor, entre otras razones porque a partir de los 65 hay mucha estratificación, sino una horizontal y global, en la que el aspecto cognitivo, el funcional, el socioeconómico y la dependencia, entre otros, entran en juego», explicó antes de iniciar la charla.

El médico, que lleva trece años en las urgencias del HUCA, manifestó que los motivos más frecuentes de consulta en el hospital son la fiebre, la confusión, la disnea (fatiga), las caídas o fracturas y el ictus, especialmente a partir de los 65 años. Son señales de alarma que, salvo en el caso de las dos últimas, «claramente urgentes», deben tratarse con el profesional de Atención Primaria. «Tenemos a nuestra disposición al médico habitual, el que está para el domicilio y al de atención continuada de las tardes. Es una primera valoración que luego a nosotros no ahorra mucho tiempo», indicó.

Dedicó muchas de las advertencias de su intervención a los cuidadores de personas dependientes, por su especial vulnerabilidad y «porque muchas veces los síntomas aparecen enmascarados o solapados». Son síntomas como la postración, un cambio de comportamiento o caídas. «Es difícil hablar de señales de alarma genéricas. La fatiga súbita podría ser una, pero tanto para la persona de 65 como para la de 35 años, por eso me preocupa que los cuidadores estén atentos a los cambios en los hábitos de vida de quienes cuidan». Por ejemplo, que el paciente, sin causa aparente, no salga de la cama, a dar su paseo diario o que esté más huraño. «Muchas veces no aparece fiebre ni dolor, sino este tipo de señales ante las que hay que estar atentos y solicitar una valoración», insistió.

El doctor se valió de una fotografía de un septuagenario corriendo un maratón y de otra de sus propios padres para tocar también el tema de la individualización de los síntomas. El estilo de vida llevado por cada uno de ellos, e incluso la forma de vivir la enfermedad, repercute sobre la apariencia física y estado de forma de la persona. Aunque reconoció que cada uno vive de forma muy subjetiva elementos como la enfermedad y el dolor, que solo «hay que respetar y aprender a manejar». Eso sí, para aquella persona mayor «robusta» y tan «resistente» como alguien unos cuantos años menor, «cualquier alteración aguda debe ser motivo de consulta».

En sus trece años en urgencias, Jesús Maujo no puede hablar de perfiles, pero sí de patrones. Y ahí gana por goleada la gente del campo. «Hay diferencias entre una persona urbana y otra rural. La rural, aunque tiene otros condicionantes, es mucho más resistente que la urbana. Incluso en la enfermedad aguantan mucho más». Lo que sí perciben, porque además es algo constatado, es que el aumento de la esperanza de vida lleva a las consultas y hospitales a «gente más mayor». Esto ha provocado la incorporación de geriatras en los servicios de urgencias.

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