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M. PICHEL
Sábado, 8 de abril 2017, 08:56
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Después de unos días de sucesivos prolegómenos, la Semana Santa avilesina, declarada de Interés Turístico Regional, toma su forma definitiva. Fieles al espíritu de los últimos años, las cofradías y hermandades de la ciudad dejan atrás los meses de preparativos. Volverán a las calles, con ese sentir que convierte a los festejos de Avilés en diferentes, con su poder de atracción religioso y cultural, esa mezcla de sobriedad y fe, entre el recogimiento y el fervor.
De nuevo, el domingo de Ramos pone el punto de partida de los actos en la calle. Se acabaron los meses de ensayos, y comienzan los nervios para que todo marche tal y como el trabajo ha marcado. Con un ojo puesto en el cielo, por si acaso las magníficas previsiones meteorológicas no se llegaran a cumplir. De todas formas, perfectamente preparados, desde la Junta de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Avilés se ha concretado un preciso protocolo de lluvias (se puede encontrar en la revista editada, junto a todo el programa) donde se han definido los actos alternativos en caso de mal tiempo.
Se mantienen para este año iniciativas puestas en marcha el pasado, como la 'tamborada' del viernes Santo, a las 12 horas en El Parche, recordando que la tierra temblase en la muerte de Cristo. O la recuperación del Vía Crucis, que ya se hacía en los años 50 del pasado siglo, en la medianoche del Miércoles al Jueves Santo. Así como los tradicionales traslados del Lignum Crucis desde el patio de la casa parroquial al templo de Santo Tomás (Viernes Santo, 13 horas), y de San Pedro Apóstol desde la capilla de Rivero hasta San Nicolás de Bari (Sábado Santo, 13 horas).
El honor de ser los primeros, de abrir el turno procesional, le corresponde a la procesión de la Borriquilla, por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Esperanza. Como cada año, desde 1998, con su Paso de la Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Repetirán el lunes a las 20.45 horas con su recorrido con inicio y llegada a la Iglesia de San Antonio. También el domingo, pero ya por la tarde, en este caso a partir de las 19.30 horas, por las calles de Versalles, continúa el turno la Hermandad del Cristo de la Verdad y la Vida, que ayer hizo un prólogo en Covadonga. Como invitado, su presidente de honor, el párroco de Cangas de Onís, Luis Álvarez.
No faltará la actividad en ninguno de los días. Y se irá multiplicando conforme se acerquen los de pasión, muerte y resurrección. Ayer, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de Galiana completó el traslado desde la capilla de Jesusín de Galiana hasta San Nicolás de Bari. Se hizo después de una novena y una misa de bendición, acompañado el traslado por la Asociación Lepanto de veteranos de la Armada, a quienes se les impuso la corbata de la cofradía. Tras este tradicional acto, y ya el lunes, esta cofradía, la que primero procesionó tras la recuperación de los festejos, marchará de forma solemne con la procesión de Jesús Cautivo, a partir de las 20.45 horas.
'Cruz vía' para San Pedro
Elmartes, la Cofradía del Santísimo Cristo de Rivero y San Pedro Apóstol, con salida en la capilla de Rivero a las 20.30 horas, con su habitual recorrido, emprende la procesión de San Pedro. Estrenarán para la ocasión una 'cruz vía', obra de Samuel Armas. En la cruz, pintada a mano, están representadas las imágenes del Cristo, el Azotado y San Pedro.
El miércoles (20.30 horas), una de las procesiones más representativas, El Encuentro, que reúne a todas las hermandades y cofradías. Cada una parte de sus sedes para confluir en la plaza de España, y a partir de ahí, marchar unidas. El arcipreste de Cangas del Narcea, Juan José Blanco Salvador, dará el sermón.
Los actos se multiplican el Jueves de Pasión. La más joven de las hermandades, El beso de Judas, se pone en marcha (12.30 horas), en la procesión a la que da nombre. Este año aumentan su banda de tambores hasta las 17 personas. A su vez, la Cofradía de San Juan Evangelista sacará, por primera vez a hombros (de 24 jóvenes cofrades), su paso de la Tercera Palabra, modificado en un taller de Guadalajara. Es la procesión de El Silencio, a las 20.30 horas desde San Nicolás de Bari.
El Viernes Santo, la Hermandad del Santo Entierro (que ha alargado los barrales del paso, para facilitar el agarre de sus doce costaleros), encabezará la procesión homónima. Será a las 17.30 horas, tras la ceremonia del Desenclavo. Seguirán al cortejo las demás hermandades y cofradías. Acompañará la Banda Municipal de Avilés, que interpretará la Marcha Real durante la bajada de Cristo de la cruz. El mismo día, a las 21.30 horas, la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad emprende la procesión de La Soledad, que modifica su tradicional recorrido. Portarán la imagen de La Soledad y el paso de La Vera Cruz. Estarán escoltados por la Escuadra de Gastadores de Cabo Noval. Ayer, esta cofradía conmemoró el Viernes de Dolores, con un rosario y una eucaristía en Santo Tomás.
El Sábado Santo (22 horas), la última de las procesiones, La Resurrección, encabezada por la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad. A ella se sumarán Nuestro Padre Jesús de la Esperanza y el Santísimo Cristo de Rivero. Ayer esta cofradía celebró su cena de hermandad, en la que se homenajeó a las mujeres de mantilla española, a quienes se regaló un broche con la imagen de La Dolorosa.
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