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La comisaria Marisa Oropesa hablando ante los presentes y respaldada, de izquierda a derecha, por Gonzalo Doval, Mariví Monteserín, Vicente Domínguez y Carlos Cuadros.
El milagro del arte toma Avilés

El milagro del arte toma Avilés

Las 83 obras de pintura y escultura de los artistas españoles más destacados del siglo XX colgarán por primera vez en Asturias hasta el 24 de septiembre

B. MENÉNDEZ

Sábado, 24 de junio 2017, 06:21

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«El arte va más allá de lo que uno puede controlar, es un estado de desesperación, un milagro que nunca se repite». Esta frase del pintor Miquel Barceló que se puede encontrar a la entrada del acogedor espacio acomodado en la Cúpula del Centro Niemeyer resume a la perfección la esencia de 'Dibujar y esculpir en el espacio', muestra cedida por Colecciones ICO que se presenta por primera vez ante el público asturiano.

La exposición se inauguró ayer entre la gran expectación tanto del público asistente como de las propias autoridades, entre las que se encontraba la alcaldesa Mariví Monteserín, el director del Niemeyer Carlos Cuadros, el presidente del patronato y viceconsejero de Cultura Vicente Domínguez, la comisaria Marisa Oropesa y Gonzalo Doval, responsable del área de Arte de ICO. La ocasión no merecía menos, ya que no todos los días se puede presenciar el trabajo original de artistas de la talla de Pablo Picasso, Joan Miró, Eduardo Chillida, Antoni Gaudí, Salvador Dalí o Antoni Tàpies.

Estos son solo algunos de los nombres que firman la relación de 83 obras que se despliegan por un espacio que ha sido «tan desafiante como motivador», tal y como coincidieron ayer en describir los integrantes del equipo que en apenas dos días y medio ha montado la muestra. «Ha sido el más difícil, pero también donde mejor ha quedado», aseguraba Doval.

Avilés se convierte así en la trigésima ciudad española -sin contar las quince internacionales- que visita una de las colecciones de la Fundación ICO, episodio que Cuadros bautizó como «hito». «En poco más de una década, el Niemeyer ha vivido muchas vicisitudes, pasando del entusiasmo a la frustración y al cainismo destructivo, por eso creo que hoy es importante que nos felicitemos y celebremos este logro», declaró el director.

Dada la magnitud, importancia y delicadeza de las obras expuestas, el centro ha tenido que adaptar por primera vez en su historia la temperatura y los niveles de humedad de la Cúpula a las necesidades de las pinturas y esculturas que conforman un discurso creativo y poético sin precedentes. «Coleccionar también es un arte, porque no es fácil estructurar ni encontrar un hilo conductor de una antología», explicaba Oropesa, quien acumula una experiencia de más de treinta años como comisaria.

Ella fue la encargada de hacer un llamamiento a toda la población, a la que invitó a derribar sus prejuicios hacia el arte contemporáneo y, sobre todo, hacia su «hermana pobre», la escultura. Solo así quienes hasta el 24 de septiembre visiten la muestra podrán vivir en primera persona el milagro del arte.

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