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RUTH ARIAS
AVILÉS.
Jueves, 19 de octubre 2017, 00:19
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La Audiencia Provincial ha admitido una querella por estafa, delito societario y administración desleal contra Elena García Becerril, hija del fundador de Melca José Luis García Arias, y una de sus principales accionistas. La antigua diseñadora de su fábrica de zapatos, Mónica García, la acusa de haberse apropiado de sus marcas y de sus conocimientos de zapatería para, posteriormente, despedirla y reducir su participación empresarial al mínimo.
La diseñadora, Mónica García, y Elena García Becerril, se conocieron a través del padre de la primera, que era asesor fiscal del grupo de empresas Melca. La empresaria habría planteado la creación de una fábrica de zapatos para comercializar los diseños de García, que aportaba sus marcas y debería ocuparse además de la imagen de la empresa y la política de comunicación. En los inicios, García Becerril ya partía con una participación mayoritaria del 60%, mientras que la diseñadora contaba con un 40%.
La sociedad se constituyó así en noviembre del año 2012, con un capital social de 3.000 euros. Tres años después, en 2014, la accionista de Melca propuso una ampliación de capital «por compensación de créditos» por importe de 71.000 euros. Se pusieron en circulación 7.100 nuevas acciones, que fueron adquiridas en su totalidad por la propia Elena García Becerril y su hermano Daniel, lo que redujo la participación de Mónica García al 1%.
Apenas dos meses después de eso la diseñadora fue despedida, y su abogado, el gijonés Rafael Antuña, considera que fue objeto de «un plan sistemático para quedarse con las marcas» que había aportado la diseñadora. «Una vez que consiguió prácticamente anular su existencia en la sociedad, la despide para que no quedara ninguna duda de que no quiere que tenga presencia en la empresa, pretendiendo dejarla no solo en una situación paupérrima dentro de la mercantil, sino también al respecto de la gestión comercial y explotación de sus propias marcas».
Considera además que Mónica García aportó además su experiencia y su saber hacer. «Tiene patrones y hormas que permiten poner en marcha una producción, así como saber perfeccionar y corregir los modelos. Conoce a proveedores de pieles, suelas, tacones, cajas y de todos los materiales necesarios, y los talleres de apoyo», defiende Antuña, que considera que la empresaria se aprovechó de eso para poner en funcionamiento la fábrica, ubicada en Corvera.
Ahora, la diseñadora exige a la empresaria una indemnización de 400.000 euros, el dinero en el que las marcas Mónica García y Las bailarinas de Mónica García fueron valoradas en el momento de constitución de la sociedad. Su representante legal pedía además que se practicasen una serie de diligencias que el Juzgado de instrucción número 6 de Avilés rechazó primeramente, inadmitiendo la querella.
Antuña recurrió a la Audiencia Provincial, que ha considerado que existe «una probabilidad de relevancia penal» y ha ordenado investigar los hechos. La primera de las peticiones era la de tomar declaración a la propia Elena García Becerril, lo que ocurrirá el próximo miércoles en los juzgados de Avilés.
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