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Ramón Muñiz con su libro. JORGE PETEIRO
«La gente sabe que queda mucho por contar y se acerca al libro con respeto»

«La gente sabe que queda mucho por contar y se acerca al libro con respeto»

Ramón Muñiz presenta hoy su libro sobre el caso Renedo en el Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS

EVA FANJUL

AVILÉS.

Jueves, 2 de noviembre 2017, 01:29

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Ramón Muñiz, periodista de EL COMERCIO-LA VOZ, presenta hoy, en Avilés, su primer libro 'Renedo no es un caso. Corrupción en el Paraíso Natural'. La presentación tendrá lugar en el Aula Cultural de LA VOZ DE AVILÉS, a las 19.30 horas de esta tarde, en el centro de Servicios Universitarios de la ciudad. La jefa de Redacción de LA VOZ, Ruth Arias, será la encargada de conducir el acto en el que se abordarán las cuestiones más importantes de esta trama de corrupción que recoge el trabajo de Ramón Muñiz.

-¿Cómo se está recibiendo el libro?

-Muy bien, la verdad. Se palpa mucho interés en hablar, discutir sobre este asunto. A pesar de todo lo que hemos publicado en el periódico, unos dos mil artículos, me da la sensación de que la gente percibe que quedan todavía cosas por contar y se están acercando a esta historia con mucha educación y mucho respeto y quizá eso me ha sorprendido un poco.

-¿La publicación del libro ha tenido algún tipo de repercusión negativa para usted?

-No, no está teniendo ninguna repercusión negativa, y espero que siga así. Creo que esto es una muestra de madurez de la sociedad en la que estamos. De hecho, en las presentaciones estoy conectando con gente que incluso viene de la órbita socialista, amigos o personas cercanas a los que han sido condenados y con todos la respuesta es la misma, positiva. Quizás sea porque este libro no condena, no busca hacer sangre. Lo que pretende es hacer un ejercicio colectivo de reflexión sobre lo que ha pasado durante todo el proceso del caso Renedo y eso no lo da la sentencia. Entonces, la sorpresa agradable es comprobar que el mensaje se está entendiendo un poco desde todos los ámbitos.

-¿Esperaba quizás otro tipo de reacción?

-Es que cuando hablas de corrupción hablas de un tipo de delito que nos convierte a todos en víctimas. Cuando eres víctima quieres justicia y, a veces, un poco de venganza. También es habitual que a alguna gente lo que más le interese sea cuánto tiempo van a pasar en la cárcel. Sin embargo, el libro se centra más en cómo los protagonistas de este proceso llegaron hasta aquí y qué errores cometieron para ello.

-¿Es ese uno de sus objetivos?

-Lo que pretendo es ampliar el campo de visión sobre este asunto. Propongo romper esa distancia, sentarte al lado de esa gente de la que llevas tanto tiempo hablando y oyendo hablar. Pensar qué preguntas le haría cualquiera a Marta Renedo o José Luis Iglesias Riopedre si tuvieran la oportunidad y tratar la situación como si estuviéramos en un bar, tomando un café.

-¿Cómo cree que ha afectado el caso Renedo a la sociedad asturiana?

-Este caso nos hizo perder la inocencia. Hasta el año 2010 ó, si me apura, hasta enero de 2011, que es cuando salta a la luz y se producen las cinco detenciones, todos los indicios de corrupción que se destapaban en Asturias eran sistemáticamente archivados. Entonces, creíamos que vivíamos en un paraíso natural a salvo de la corrupción que por aquella época ya se veía en Andalucía, Madrid o Cataluña.

-¿Cree los asturianos perciben las instituciones de otra manera tras el caso Renedo?

-Este caso actuó como corrosivo de la imagen que teníamos de las instituciones. Parecía que nadie se lo esperaba. Es decir, los periodistas, por ejemplo, fuimos los primeros en caernos del guindo cuando la policía detiene a Riopedre. En aquellos primeros días incluso se pensaba que podía tratarse de un error judicial. En el momento en que lo envían a prisión acusado de varios delitos es cuando empezamos a replanteárnoslo todo, tanto nosotros como toda la sociedad. Empezamos a ver con otros ojos cosas que antes se pasaban por alto como, por ejemplo, el tipo de contratación que se estaba haciendo desde el Principado. En todo este tiempo también ha ocurrido otra cosa bastante curiosa y es que la justicia y la policía que nos mostraron los errores de la administración también acabaron revelando los suyos propios. Por ejemplo, estamos ante una sentencia que siete años después no cuantifica cuál ha sido el daño generado a las arcas públicas ni especifica cuánto dinero han de devolver los condenados. Y con una nueva investigación judicial para saber qué ocurrió en la Consejería de Educación hasta el año 2010.

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