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«Estaba harto de que políticos analfabetos dieran patadas a sus rivales en mi culo»

J. F. G.

Domingo, 12 de noviembre 2017, 01:57

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Natalio Grueso se enfrenta a una petición de once años de prisión como presunto autor de una serie de delitos supuestamente cometidos durante su etapa como director del Centro Niemeyer. El Ministerio Fiscal también pide penas de prisión para su exmujer, un empleado de la agencia de viajes de El Corte Inglés, el exdirector de producción del centro, Marc Martí, y José Luis Rebollo, exsecretario de la Fundación Niemeyer. La causa está pendiente de que la Audiencia Provincial señale la fecha del juicio.

-Una petición de once años de prisión es para estar, cuando menos, preocupado ¿Cómo se siente?

-Creo que no es el lugar ni el momento, pero sí me gustaría decir algo. Me gustaría que algunos dijeran en público lo que dicen en privado. Me refiero a políticos, patronos de la Fundación, periodistas, abogados, jueces y fiscales que han tenido que pedir la baja para quitarse de en medio. Que digan en público lo que dicen en privado, que este es uno de los mayores disparates de la historia de la judicatura asturiana, una injusticia brutal e incomprensible que no se sostiene legalmente. Pero mientras callan en público se hacen cómplices de la barbarie y destrozan las vidas de gente inocente. ¿Cuánto ha cobrado -dinero público- el abogado de la Fundación Niemeyer hasta el momento por mantener artificialmente este disparate? Los de Manos Limpias ya se han retirado de la causa y están en la cárcel por extorsión. El partido acaba de empezar.

-¿Por qué abandonó su cargo de director de programación de Artes Escénicas de Madrid?

-Estaba harto de la miseria política y mediática, harto de que políticos analfabetos que no saben quienes son Becktett o Ionesco dieran patadas a sus rivales en mi culo de director de artes escénicas. La vida pasa muy rápido y pensé que era el momento de dejarlo todo para hacer realidad mi vocación. Renuncias a un buen sueldo, pero el dinero siempre me ha importado un carajo.

-¿Estaría dispuesto a ocupar un puesto similar en otra ciudad?

-Nunca, jamás. No volveré a trabajar a las órdenes de ningún político. No me interesa nada, ya los conozco lo suficiente.

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