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La víctima, días después de la agresión en su domicilio de Bustiello. MARIETA
«Me inquieta salir a la calle, tenemos miedo»

«Me inquieta salir a la calle, tenemos miedo»

M. C. Z. C., que fue brutalmente agredida tras resistirse a una agresión sexual, se siente «desamparada por la Justicia»

EVA FANJUL

AVILÉS.

Domingo, 17 de junio 2018, 03:59

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«Que alguien te agreda sin motivo, intente violarte y te patee la cabeza con saña es para mí algo muy grave. Estoy viva porque un vecino se asomó a la ventana, si no puede que yo no lo hubiese contado. Por eso no puedo entender que lo pongan en libertad antes del juicio y que rebajen los cargos», explica con entereza M. C. Z. C., la víctima de la brutal agresión ocurrida el 24 de febrero en Bustiello.

Hace tan solo tres días, la jueza que instruye el caso decretó la puesta en libertad condicional del supuesto agresor, tras estimar una petición de la Fiscalía que rebaja los cargos presentados al estimar que las lesiones de la víctima recogidas en el informe forense no son tan graves como se consideró en un principio.

Desde entonces, la mujer agredida no para de «darle vueltas» al porqué de una decisión judicial que le resulta «ilógica». «Las lesiones que tengo son graves y están en los informes médicos. Así que no lo entiendo. Me siento totalmente desamparada por la Justicia», relató ayer a LA VOZ DE AVILÉS.

El citado informe forense recoge, entre otras cosas, una fractura de muñeca, fractura de senos maxilares, fractura de la órbita ocular, así como varios hematomas importantes en cabeza y rostro. «Lesiones que corresponden a una descomunal paliza», asegura la abogada del Centro de Atención a Víctimas de Agresión Sexual y Maltrato (Cavasym), Ana González, que representa la acusación particular.

«Tengo un nervio de la cara dañado, la lesión no me impide el movimiento pero me ha dejado media cara insensibilizada. Además, aunque de algunos problemas creen que en un plazo de año y medio podría recuperarme, el especialista ya me ha advertido de que hay lesiones que sean permanentes», recuerda.

La avilesina agredida explica como a día de hoy el daño sufrido «no me imposibilita del todo la vida, pero mi estado me recuerda constantemente que una persona decidió hacerme daño, sin más».

En este sentido, comenta cómo quizá lo peor no sean las secuelas físicas sino las psicológicas, las familiares. «Asimilar lo que me pasó no es fácil porque no se trata de un accidente ni de una enfermedad, es consecuencia de la voluntad de alguien violento y muy peligroso que se ensaña contigo sin motivo», afirma.

Cuenta cómo hasta ahora saber que el supuesto responsable estaba en la cárcel le ofrecía tranquilidad. Pero asegura que desde que conoció su salida de prisión la que ha perdido libertad es ella. «Te inquieta salir a la calle, de hecho, no me dejan sola nunca, y mi familia tiene miedo y está constantemente pendiente de mí», relata.

Respecto a las medidas cautelares impuestas al acusado: una orden de alejamiento de quinientos metros y la prohibición de que se ponga en contacto con ella por medio alguno, la víctima las considera «escasas e ineficaces». Ahora la víctima se pregunta: «¿Quién me garantiza que no va a saltarse la orden de alejamiento? ¿Quién? ¿Y si me lo encuentro por la calle?», insiste.

Esta avilesina asegura sentirse «desencantada» tras observar cómo es víctima el desarrollo del proceso judicial. «Si no llega a ser por la asociación Cavasym pues no sé que hubiese hecho, la verdad. Hubiese tenido que recurrir a un abogado de oficio. Y aún así, estando en manos expertas no puedes estar tranquila».

Ahora espera que se resuelva el recurso de Cavasym contra la puesta en libertad del acusado. «Lo que me pasó a mí le pudo tocar a otra persona y lo peor es que creo que puede volver a ocurrir. Por eso, no doy crédito a que quede en libertad antes del juicio», asegura.

«Una paliza descomunal»

Esta vecina de Bustiello fue agredida a las 13.30 horas del sábado, 24 de febrero, a plena luz del día y a escasos 300 metros del cuartel de la Guardia Civil. Paseaba con su perro cuando un joven colombiano, J. D. Z. J. de 19 años de edad, empezó a seguirla insistiendo en ofrecerle dinero a cambio de mantener relaciones. Ante su negativa, le dio una brutal paliza e intentó violarla junto a su vivienda hasta que los gritos de un vecino le hicieron huir. Ella acabó hospitalizada y él en prisión provisional aunque ya está en la calle a la espera del juicio.

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