Monumentos sin secretos

Igualmente decidida estaba Olivia Olczak, alumna del Menéndez Pidal, junto a la escultura del pintor Juan Carreño Miranda en la plaza del Palacio de Camposagrado. Los primeros en pasar por allí no fueron estudiantes sino un grupo de turistas de la República Dominicana que aprovechaba el soleado día para pasear tranquilamente por el centro. Las explicaciones de Olivia, que memorizó sobre la marcha ante la ausencia de la compañera que tenía previsto hablar del palacio, entusiasmaron a unos paseantes que no esperaban aprender tanto en tan poco tiempo. Breve y concisa, la joven dató el monumento, su propiedad, origen y funciones, además de un pincelazo al estilo artístico y la singularidad de sus fachadas y emplazamiento.

A pocos metros de ella, en el Pasaje del Bollo, su compañero Martín Rotella hizo lo propio con la muralla medieval. «Conocía su existencia porque ando bastante por Avilés, pero no su historia y tampoco sabía que había tantos trozos de ella ni referencias por la ciudad», explicó mientras esperaba por el siguiente grupo.

A Raquel García, Lidia Cabrera, José Ramón García y Alicia Fernández les tocó hablar de la Iglesia de San Antonio de Padua. «Lo que más nos ha gustado saber es que Pedro Menéndez está enterrado aquí y otras curiosidades como la pila bautismal, que es una joya romana», afirmaron tras confiar que lo que más les despistaba en la explicación coral ante el monumento era «que no nos atiendan». Afortunadamente, eso apenas ocurrió.

Ignacio Alonso, director del Museo Arqueológico de Asturias, asistió en El Parche a la clausura de una actividad que contó con gafas 3D y un vídeo elaborado para la ocasión por el alumnado de San Cristóbal. Alonso aprovechó para alabar el «conjunto histórico privilegiado» de Avilés.