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Noemí Rodríguez, directora artística de la obra 'Interrupted'. LVA
«Los programadores tienen que animarse a hacer un teatro diferente»

«Los programadores tienen que animarse a hacer un teatro diferente»

La obra 'Interrupted' abre, el sábado a las 20.30 horas, la programación del ciclo 'Off Niemeyer' Noemí Rodríguez. Directora de teatro

SHEYLA GONZÁLEZ

AVILÉS.

Viernes, 19 de enero 2018, 04:03

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La programación teatral del Centro Niemeyer se inicia este sábado con la primera de las funciones anuales del ciclo 'Off Niemeyer'. La obra elegida ha sido 'Interrupted' de Teatro En Vilo, dirigida por Noemí Rodríguez, que se encarga de la creación artística del espectáculo. Una comedia de humor protagonizada por Anabel, una mujer con una vida perfecta que se ve interrumpida de repente.

-¿Qué tipo de espectáculo presentan en el Niemeyer?

-Es teatro de humor, muy visual. De hecho es en ese punto en el que radica su fuerza. Es una historia que hay que ver porque si la cuentas no tiene gracia. A la protagonista se le derrumba su mundo poco a poco y el espectador es testigo de ello.

-Dice que se derrumba poco a poco pero es una obra breve.

-Sí, es hora y cuarto. En ese tiempo se resumen seis días de la vida de Anabel, la protagonista. A pesar de eso da tiempo de ver como pierde el control sobre su propia vida sin poder remediarlo.

-¿Lo encasilla en la comedia o en el drama?

-Es una comedia con final agridulce. Es diferente aunque los toques de humor predominan.

-Usted se encarga de la dirección artística, ¿cómo se trabaja ese área dentro de la obra?

-El trabajo del cuerpo y las coreografías cobran especial importancia dentro del transcurso de la obra. Es muy potente y al final es lo que más llama la atención de quienes vienen como espectadores. El humor y el lenguaje corporal son exquisitos.

-¿Ha sido fácil el empaste con el guión?

-No partimos de un texto sino de la improvisación, tanto en el espacio como con los personales. A partir de esa improvisación sale la dramaturgia por lo que todo es más sencillo porque surge de la complicidad.

-Varias de las actrices hacen papeles masculinos, ¿por qué no contaron con hombres para ese reparto?

-Cuando empezamos a trabajar en la obra no sabíamos qué espectáculo hacer. Surgió todo en la sala de ensayo y dio la casualidad de que quienes estábamos allí intentando sacarlo adelante éramos todo mujeres pero, a la vez, la obra nos requería personajes masculinos. Por eso decidimos hacerlos las mujeres.

-¿Cómo se trabaja ese rol?

-Por imitación. Tiene mucho trabajo detrás ya que hay que ser muy precisos en la representación. Son personajes un poco exagerados, con un punto de parodia.

-Llegan al Niemeyer con todas las entradas vendidas, ¿qué supone para la compañía?

-Tenemos muchas ganas de esta representación porque es nuestra primera vez en Asturias. El escenario nos parece increíble. Aún no sabemos como explicarlo pero este primer espectáculo de la compañía ha nacido con estrella, con premios y el favor de la crítica. Nos sigue sorprendiendo que pasen estas cosas, nunca hemos estado en Asturias pero hay algo que ha hecho que la obra llene. Eso nos encanta y nos da un plus de responsabilidad para no decepcionar al público que se acerque.

-Se enmarca en el ciclo Teatro Off, ¿ha sido sencillo echar a andar la producción?

-Es una obra que se adapta a cualquier espacio. Se ha representado en escenarios grandes como el Círculo de Bellas Artes o los Teatros del Canal pero también en salas más pequeñas. No es una tarea fácil y menos cuando es el primer espectáculo pero la clave está en hacerte un hueco y generar movimiento en torno a la obra. El boca a boca nos ha ayudado mucho.

-¿Cuesta encontrar ese hueco en las programaciones?

-En cierto modo. Los programadores tienen que animarse más a hacer teatro diferente. Tienen que confiar porque la experiencia es positiva porque el público siempre responde.

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