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mercedes álvarez
Lunes, 20 de octubre 2014, 12:56
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Nieto e hijo de socialistas comenzó su andadura política muy joven como secretario de organización de las Juventudes Socialistas de España. Ocupo diversos cargos orgánicos en el seno del PSE-EE e institucionales en la Diputación Foral de Vizcaya en las Cortes Generales. Fue secretario general de los socialistas vascos en una época convulsa en la que ETA oscurecía la convivencia de la sociedad vasca y española. Conversamos en su residencia de Madrid sobre la actualidad política de España, y el compromiso que con ella mantiene, en las conclusiones de su análisis.
Nicolás Redondo Terreros Baracaldo (Vizcaya) 1958. Condecorado por el Gobierno Español con la Orden del Mérito Constitucional en el año 2003. Presidente de la Fundación para la Libertad. Firmante del manifiesto Libres e Iguales. Licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto. Fue Secretario General del Partido Socialista de Euskadi. Actualmente ejerce en la actividad privada como Abogado.
Usted es uno de los firmantes del manifiesto Libres e Iguales. ¿Por qué?
Hay tres objetivos que me llevaron a firmar. El primero, la declaración de que todos los españoles somos los que tenemos derecho a decidir; segundo, el respeto a la ley, y tercero, que aboga por la necesidad de que exista un debate pacifico con los nacionalistas. Estos son los elementos básicos de la plataforma Libres e Iguales. Otro punto que resaltaría es su pluralidad, pues entre los firmantes se encuentran personas de distinta procedencia política como Cayetana Álvarez de Toledo o Paco Vázquez e intelectuales como Vargas Llosa, Jon Juaristi En España, suele confundirse tener actividad política con tenerla dentro de un partido. Es bueno que existan este tipo de plataformas fuera de los partidos. Es importante tener interés por la vida pública y el espacio público. Mi integración fue a raíz de la invitación de unos amigos que habían estado conmigo en alguna fundación con actividad en el País Vasco. Comparto las ideas que defiende el manifiesto, lo que no quiere decir que comparta todos los pensamientos de otros firmantes.
¿Cuáles son las diferencias y cuáles las similitudes del manifiesto de Libres e Iguales con el de Una España federal en una Europa federal, publicado en las mismas fechas (el pasado julio)?
Son distintos efectivamente, pero no contradictorios. La mayor diferencia es que Libres e Iguales no propone soluciones, mientras que la otra plataforma da un paso más y propone como solución: el federalismo. Hay personas que podrían firmar ambos manifiestos. El de Libres e Iguales se basa en el patriotismo constitucional. Decía Américo Castro que la historia de España era muy poco canónica, pues mientras los países de nuestro entorno, a pesar de las guerras y sus problemas internos, tuvieron elites que asimilaban los cambios y los lideraban, en España o han fracasado o han sido muy débiles. Hemos tenido grandes personajes, como Jovellanos, pero no elites influyentes. Nuestra historia se ha utilizado para enfrentar a unos con otros. Esto dificulta que los españoles podamos ver una historia común. Es a partir de la constitución de 1977 cuando se logra esa integración.
Una integración que parece desintegrarse. ¿Son las distintas respuestas a los nacionalismos el germen de un nuevo desencuentro social?
Yo no comparto la solución federal. A mi juicio, la mejor solución para enfrentar el problema de los nacionalismos, sobre todo el catalán y el vasco, es la España de las autonomías. No creo, que los componentes unitarios del federalismo sean aceptados por los nacionalistas. En España no puede haber un estado federal, que es la unión de varias naciones, porque aquí solo hay una nación. Nosotros, lo quieran o no algunos catalanes o vascos, hemos hecho nuestra historia todos juntos. El nacionalismo no me preocupa aunque está ahí y yo he convivido con él lo que me preocupa es nuestra incapacidad de reacción frente a él, ese complejo que tiene el resto de España
¿Cómo valora la actuación de CIU, en todo este proceso claramente separatista?
Artur Más ha sido el aprendiz de brujo, ha empezado un proceso que no puede controlar. Ha introducido una inestabilidad perjudicial, entre otras cosas, para el desenvolvimiento de la economía. Eso, con la crisis actual y el desempleo, es de una irresponsabilidad manifiesta. Pero como nos tiene acostumbrados buscará en los demás las soluciones a los problemas que él ha creado.
¿Cree que la corrupción que agita las estructuras de CIU la invalidan ante la sociedad española ?
Creo que hay que separar la política de los casos de corrupción en la democracia.
¿La Transición no proporciona alguna enseñanza útil para la actual situación?
La Transición fue un logro de todos los españoles que tenían muchas ganas de superar el pasado por encima de las siglas. Y lo lograron acompañados de gente generosa, de personas muy sólidas, como Felipe González, Santiago Carrillo, Manuel Fraga, Adolfo Suárez En el desarrollo posterior de nuestra democracia se fueron cediendo competencias, como la educación, que fueron en aumento debido al trato privilegiado que se dio a los nacionalistas en las negociaciones de los presupuestos. Creado el problema, las soluciones tienen que salir de España. Frente a lo que decía Ortega, Europa no es la solución. Los grandes partidos tienen que llegar a acuerdos en cuestiones fundamentales: modelo de estado, educación, política exterior Nosotros debemos hacer una reflexión sobre el modelo constitucional español, reflexión que exige mucha política y un gran esfuerzo de entendimiento entre Rajoy y Sánchez. Mi opinión es que si este modelo no lo reformamos, fracasa. Y nos encontraremos con ese continuo de España de volver a empezar.
Las soluciones del secretario del PSC, Miquel Iceta, apelan al reconocimiento de singularidades culturales y fiscales en Cataluña. Por lo que parece, los socialistas catalanes proponen un federalismo un tanto feudal que se orienta a la búsqueda de privilegios territoriales, ¿no?.
Me preocupa la falta de capacidad de la izquierda para enfrentarse a los nacionalismos. El fracaso de la izquierda democrática, no solo la española sino también la europea, se manifiesta en su desorientación: o se acerca a los nacionalismos o se acerca a los populismos. Yo destacaría el sonoro silencio sobre lo que está pasando en Catalua de los sindicatos, que siempre orientaron su acción sindical sobre los principios del internacionalismo y de la fraternidad
¿Qué opinión le merece la defensa del derecho a decidir, dentro de la legalidad, que defiende el PSC?
En este punto el Partido Socialista tiene un gran problema interno. Hubo tres épocas distintas: en una primera, el peso del PSOE en el PSC era enorme, fue la etapa de Joan Reventós, la de Felipe González; en la segunda, el PSOE pierde influencia, los tiempos de Maragall y Zapatero; y luego está la tercera, la actual, donde a, mi juicio, el PSOE debería homogeneizarse de una forma sólida.
¿Fue la sentencia del Tribunal Constitucional que limitó el estatuto catalán la que activó el independentismo?
Los nacionalistas no se meten con la resolución del TC porque recorte su estatuto, sino porque delimita los contornos de la nación española. Se puede hablar con los nacionalistas catalanes, pero cuando estén en una posición de plena legalidad.
Usted fue secretario general del Partido Socialista Vasco, ¿Cómo analiza la evolución del nacionalismo allí, tan marcado por el terrorismo?
En perspectiva, la lucha contra ETA se desarrolló con una continua superación de un clima político creado interesadamente según el cual la toma de decisiones políticas contra el entorno de ETA eran perniciosas para su desaparición. Así, se dijo que si desaparecía el diario Egin, el País Vasco ardería, y no pasó nada. Se ilegalizó a HB, que fue el principio del fin de ETA, y tampoco pasó nada... Hemos de reconocer que hemos ganado a ETA, que ha dejado las armas.
Y además se logro que un partido constitucionalista gobernara en el País Vasco.
La legislatura en la que el PSOE gobernó en el País Vasco lo hizo de forma muy distinta al catalán. No exacerbó los ánimos de los independistas y fue entonces cuando finalizó la lucha armada de ETA. Es verdad que ahora pueden surgir otros problemas: ¿Hemos ganado a ETA? Sí. ¿Nos puede ganar a nosotros? También.
Parece una contradicción.
Lo parece, pero no lo es. Hemos ganado policialmente a ETA, pero ETA nos puede ganar en el discurso político. Rajoy debería decidir el discurso y el espacio político con el PSOE y el Gobierno Vasco. Se puede hacer un discurso político postETA. Se puede sondear el cambio de la normativa vasca para demostrar al nacionalismo catalán que es posible negociar dentro de la constitución. Fuera, imposible
¿Y cómo ve desde España a Europa?
Europa se está haciendo con lenta cadencia. No hemos intervenido en la primavera árabe, nos hemos mantenido casi al margen en Ucrania donde ha tenido más protagonismo Estados Unidos... Los partidos de izquierda en Europa se han debilitado y recuperar su antigua fortaleza no será fácil. En este proceso, el PSOE lo tiene muy complicado; pues parte de la izquierda sociológica busca referencias en otros partidos que les ofrecen más ilusión y que, además, han alcanzado en las elecciones europeas mucha representación, lo que les facilitara la difusión de sus alternativas a los ciudadanos españoles.
¿Sobre qué bases puede tener el PSOE un futuro en España?
El PSOE tiene una historia muy poderosa, una estructura seria y la vocación de un partido de izquierda, que debe gobernar desde un centro izquierda con grandes acuerdos con la derecha española. Felipe González, en diez años, realizó una profunda reforma en el partido socialista: abandonó el marxismo, participó en los pactos de la Moncloa y consiguió la hegemonía en la izquierda frenando al partido comunista. Hoy Pedro Sánchez deberá abordar una tarea similar, pero con una gran dificultad añadida, pues los ciudadanos tienen mayor desconfianza. En lugares como Asturias o el País Vasco la tradición del Partido Socialista es muy fuerte. Ramón Rubial decía que era un gran instrumento, y no un fin en sí mismo, y como tal, necesita los cambios necesarios para adecuarse a los tiempos que corren.
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