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Urgente «Cuando llegué abajo y vi las llamas, se me vino el mundo encima»
Marisa Fanjul y Lluís Xabel Álvarez, de pie a la derecha, junto al resto de tertulianos.
Aniversario de tertulia

Aniversario de tertulia

El Círculo de los Curiosos cumple cinco años impulsado por Marisa Fanjul y con Lluís Xabel Álvarez como protagonista de la velada

DIEGO MEDRANO

Jueves, 5 de noviembre 2015, 00:25

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Marisa Fanjul (exbailarina internacional y propietaria del centro de danza del mismo nombre) celebra cinco años de tertulias literarias en su domicilio de la calle San Bernabé de Oviedo con el Catedrático de Estética y Semiótica de la Universidad de Oviedo, además de jurado del Premio Internacional de Ensayo Jovellanos y Premios Princesa de Asturias, Lluís Xabel Álvarez. La tertulia ('El círculo de los curiosos') cuenta con un número de asiduos e itinerantes de reconocido prestigio en nuestra región: Antonio Masip, Juan Vázquez, Joan Kratochvila, Martín Caicoya, Diego Cabezudo, Lydia Baquero, Núñez Arias, Víctor Argüelles, Mercedes Aute, Teresa Marcos, Lucía Falcón, Isabel Zarzuela, Leo Faccio... Una tertulia, a la manera de los círculos literarios y artísticos en la Francia del XVI, en torno a princesas de la talla de Margarita de Navarra, María de Médici o Margarita de Valois, que luego darían lugar a los salones ilustrados del XVIII, cuya génesis describiría Marmontel como «un círculo formado siempre por personas dispares. La anfitriona los toma de diversos sectores de la sociedad, pero con tal gracia que, una vez armonizados, se comportan como las cuerdas de un instrumento tocado por una mano hábil». Mucha sonrisas, más sincronía y una barra libre, con vituallas de temporada, que a nadie deja indiferente, todo en mitad de libros, sueños en común y ponencias explosivas.

Sostiene Lluís Xabel que la historia, en el seno o gruta de la postmodernidad, es siempre lo que hiere: «Si no hubiera daños la historia ni se notaría en la vida. Pero si la historia hiere, entonces la realidad mata o acaba matando. Y es que la realidad se nota siempre; pero cuando en verdad comparece en real es cuando opone resistencia a nuestra vida, que es casi siempre». A título de colofón: «El lenguaje y el arte se obligan al alivio de ese daño y de ese dolor y así surge la razón moderna. Antes creían que el pensar (filosófico) nacía del asombro, pero eso pasaba porque no tenían una ciencia competente. Ahora que la tenemos constatamos que el sufrimiento sigue como si tal cosa y nos proponemos acabar con él. En ese sentido somos ya budistas». Su lucha perenne en últimos estudios: «Antes creían que la estética era secundaria y sobrevenida, ornamental al fin, pero desde Nietzsche en concreto sabemos que la estética es el principio y la base desde los que se llega al empirismo superior: poder admitirlo casi todo en la vida porque uno ha llegado a poder rechazarlo, y acaso soportarlo, casi todo también». Una charla -'Más allá de la Estética'- trufada de risas, aplausos, complicidades y un sentido del humor de espuelas altas y no menos sonoras. «Yo, realmente, soy cantante, como me dicen los Buylla a todas horas», repitió en secuencias diversas, implicando al auditorio a querer que se 'arrancara'.

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