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La galerista Viki Blanco ejerció de anfitriona con los participantes en la visita guiada en Casa Gerardo.
Los artistas entran hasta  la cocina de Casa Gerardo

Los artistas entran hasta la cocina de Casa Gerardo

El restaurante de la familia Morán se convierte en galería gracias a Viki Blanco para que el comensal pueda disfrutar del arte y de la alta gastronomía

E. C.

Domingo, 10 de abril 2016, 01:58

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Nadie tiene ya dudas de que la gastronomía es una expresión artística, así que pocos lugares más adecuados que las estancias del restaurante Casa Gerardo, en Prendes, para llenarse con las obras de la galería El Arte de lo Imposible, que anoche inauguró la tercera edición de la iniciativa 'Cómplices del arte', que busca fusionar alta cocina con arte plástico.

Con este proyecto de la gijonesa galería de Viki Blanco, el comensal se convierte en un privilegiado al que «el arte se le ofrece en sus cinco sentidos», explicaba la galerista, ya que no solo puede disfrutar de los exquisitos platos que salen de los fogones de la laureada familia Morán, uno de los mejores ejemplos de cocina contemporánea asturiana, sino que a su alrededor puede contemplar decenas de obras colocadas en las distintas salas para su deleite. «Cuelgan, incluso, de la cocina», precisaba Blanco.

Los artistas elegidos en esta ocasión proceden de ámbitos muy distintos: desde Julio Rey, dibujante gráfico del dúo Gallego & Rey, que muestra su serie 'Mitomanías', hasta el escultor Kiko Urrusti pasando por Jon Landa, pintor figurativo que estos días expone en El Arte de lo Imposible y que llevó a Casa Gerardo su serie 'Humanimals'.

También han desembarcado en Casa Gerardo obras multidisciplinares: de Juan Gomila, uno de los artistas referenciales en el panorama español posterior al desarrollo del arte pop al malagueño Cristóbal Pérez, que trabaja el realismo contemporáneo en sus paisajes urbanos. O del expresionismo abstracto de Inma Fierro junto al minimalismo del onubense Fran Mora, Premio BMW de Pintura y que es uno de los nuevos valores de la galería.

Así, cada una de las estancias estuvo dedicada a uno de ellos y los asistentes a la cita pudieron disfrutar también de una visita guiada para terminar con un catering especial basado en el menú degustación de la casa con los maridajes seleccionados por las Bodegas Enate. Todo un lujo artístico para los cinco sentidos.

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