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Parte del dinero lo compartirá con los refugiados que llegan a Europa

La actriz, que conoce bien Asturias porque ha pisado todos sus teatros, suma este galardón a una lista interminable de reconocimientos

J. M. PUGA

Jueves, 12 de mayo 2016, 00:25

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La alegría se instaló ayer en el hogar de los Moreno Espert en cuanto conocieron que un nuevo galardón ocuparía las vitrinas de la matriarca. Se sumará, en octubre, al Nacional de Interpretación (1960), al Nacional de Teatro (1984), al Premio a Toda una Vida de la Unión de Actores (2007), al Valle-Inclán de Teatro (2010), al Premio Nacional de Cultura de Cataluña y a la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, entre otros muchos. Núria Espert ya sabe dónde colocará la escultura de Joan Miró y qué hará con los 50.000 euros de la dote que acompañan al reconocimiento: una parte la disfrutará «con los suyos y gratamente» y otra la compartirá con los refugiados que llegan a Europa escapando de guerras civiles.

La directora y actriz de teatro, cine y ópera catalana lleva más de media vida subida a las tablas, una vocación que comenzó con 12 años mientras estudiaba para ser bailarina. Fue la interpretación la que le catapultó al estrellato y por la que ha visitado en varias ocasiones los teatros asturianos. A mediados de los años 70, su compañía estrenó 'Divinas palabras', de Valle-Inclán y dirigida por Víctor García, en el Teatro Campoamor de Oviedo y, en ese mismo momento, comenzaron a sucederse sus visitas. En el 97, regresó a la capital de Principado para formar parte del jurado que ayer, renovado eso sí, optó por concederle a ella el Princesa de las Artes. Antes de entrar al nuevo milenio, en el mismo año 1999, recaló en el gijonés Teatro Jovellanos con '¿Quién teme a Virginia Woolf?', la obra de Eduardo Albes que dirigía Adolfo Marsillach. Con 'Hay que purgar a Totó', la actriz regresó al Jovellanos y visitó también el Teatro Palacio Valdés en el 2008.

Shakespeare es su autor fetiche, y no el único, para la actriz y directora catalana, que también codirigió el Centro Dramático Nacional en y se aventuró a la producción. Gracias al escritor inglés actúa en Oviedo y regresó a Avilés poco después en el, más reciente, año 2011. 'La violación de Lucrecia' fue la obra que la obligó a multiplicarse sobre el escenario y, una vez más, encandilar al público asturiano. Símbolo de tal buena suerte es para ella Asturias que en el 2013, visitó el Palacio Valdés para llevar a cabo el estreno absoluto de 'La brisa de la vida', dirigida por Lluis Pasqual.

La dilatada trayectoria de Espert no se puede entender sin repasar las decenas de títulos teatrales en los que ha participado y en los que también hay cuño asturiano. En dos ocasiones, al menos, ha trabajado textos de Alejandro Casona (Besullo, Cangas del Narcea, 1903 - Madrid, 1965): 'La sirena varada' y 'Nuestra Natacha'.

Las reacciones a su elección como Princesa de las Artes no tardaron en llegar. El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, utilizó Twitter para felicitar a la actriz y recordar su labor en la recuperación del teatro español. El secretario de cultura del PSOE, Ibán García del Blanco, no escatimó en elogios al referirse a ella como «una gran renovadora de las artes escénicas en España». Compañeros de profesión y amigos se sumaron también a las felicitaciones por la concesión de un galardón cuya decisión estuvo bastante consensuada por los miembros del jurado, que decidió entre ocho grandes nombres de las Artes.

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