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Santandreu, especialista en felicidad.
«Cambiar tu diálogo interno modifica tus emociones»

«Cambiar tu diálogo interno modifica tus emociones»

Tras el éxito de sus obras anteriores, 'El arte de no amargarse la vida' y 'Las gafas de la felicidad', hoy trae al Ateneo Jovellanos 'Ser feliz en Alaska'

ALBERTO PIQUERO

Viernes, 2 de diciembre 2016, 01:00

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El eterno tema de la felicidad contemplado desde la perspectiva de la psicología cognitiva será la cuestión que esta tarde abordará en el Ateneo Jovellanos (19.30 horas) el psicoterapeuta catalán Rafael Santandreu.

¿Todo está en nuestra mente?

La actitud en la vida es lo más determinante para ser feliz e incluso para tener éxito. Y la prueba son los miles de pacientes que he tenido que han transformado su mente y, con ello, sus vidas. La mente puede generar de todo: enfermedades, ansiedades y hasta parálisis y también puede hacerte indestructible. Todo depende de cómo la manejes.

¿Puede existir la felicidad sin sufrimiento?

Las personas más fuertes y felices gozan de la vida, pero no sufren casi nunca. Todas las adversidades las consideran minucias. Saben que, suceda lo que suceda, siempre podrán ser felices: hacer cosas positivas por sí mismos y por los demás.

Pero habrá un límite para tanto positivismo, ¿no?

No, porque todo está en la cabeza. Hace unos meses me invitaron a dar una charla en la prisión Modelo de Barcelona y allí conocí a un interno de 30 años, Damián, que ha aprendido a ser feliz en la cárcel. Cuando le dice a su familia que está tan bien, le quieren enviar a un psiquiatra, pero él les replica: «Me he dado cuenta de que, si dejas de quejarte, siempre hay cosas maravillosas por hacer».

El método con el que trabaja es el de la psicología cognitiva, diferente de la conductual. ¿Un ejemplo?

Nosotros trabajamos con los pensamientos. Si dices: «Pepe me pone de los nervios». Yo te diré: «Eso es imposible. Lo que pasa es que Pepe hace algo, tú te dices: '¡Esto es intolerable!' y te pones de los nervios». Si cambias tu diálogo interno, se modifican tus emociones.

¿Y el método conductual qué aporta?

Te recomendará un ejercicio de relajación, pero eso no sirve de mucho. Hay que ir a la fuente de tus emociones negativas, que siempre es nuestro estilo de pensamiento.

Uno de los capítulos lleva por título 'Ser feliz en el vertedero'. ¿Y si el vertedero es asfixiante?

Stephen Hawking no puede moverse desde hace cuarenta años y es muy feliz. ¿Qué diría él de vivir en un vertedero? Que ahí también hay cosas positivas que hacer.

¿Cuáles son los límites terapéuticos de la psicología cognitiva? Por ejemplo, ¿es capaz de abordar la esquizofrenia?

No, porque sólo trabajamos con personas que tengan capacidad de razonar y un esquizofrénico la pierde con frecuencia. Lo que necesita es medicación.

¿Qué agrega este libro a sus dos obras anteriores?

Con 'Ser feliz en Alaska', llegamos más lejos. Da pautas más poderosas para llegar a no temerle a nada en la vida: ni a la enfermedad ni a la muerte ni a nada.

Aristóteles argumentaba que «todos estamos de acuerdo en ser felices, es el cómo lo que provoca las discrepancias». ¿Podría darse por resuelta la controversia?

Todas las corrientes de pensamiento han llegado a las mismas conclusiones: la filosofía, el cristianismo, el budismo... pero te lo has de aplicar muy profundamente si quieres resultados profundos. La psicología cognitiva te ofrece un método claro para hacerlo.

En la contraportada, hay una frase de Manolo García. Dice: «Con este libro iniciarás un viaje fascinante hacia la paz interior».

Claro. Aunque Manolo ya era un tipo feliz que disfrutaba como un loco de la vida, con mis libros ha pulido detalles que le han servido. De ahí su frase.

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