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José Antonio Portillo Vesga, dentro de su instalación.
Una librería en el Piñole que exige un ritual y la magia del silencio

Una librería en el Piñole que exige un ritual y la magia del silencio

M. F. A.

Jueves, 16 de febrero 2017, 00:12

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Quince años lleva José Antonio Portillo Vesga mostrando por el mundo su 'Biblioteca de cuerdas y nudos', un proyecto educativo que se ubica a mitad de camino entre la instalación artística y el teatro, que se presenta como una experiencia nueva para niños de todas las edades, que se dejan seducir por el carácter hiptónico del espacio y por todos los pequeños tesoros que esconde. Es circular y está hecha con madera esa biblioteca creada a partir de elementos que forman parte de la experiencia como maestro de Portilla Vesga, que un buen día decidió crear una biblioteca de nudos y cuerdas. Es tal cual su propio nombre indica. Unos cilindros de tela con forma de pergaminos esconden los nudos que diferentes niños han ido creando y ocultando allí. Es también el lugar la segunda biblioteca más grande del mundo de manuscritos inéditos -la primera está en una librería de Estados Unidos- y es así porque también los niños pueden ir aportando sus textos, que se van incorporando a ese mar de detalles circular en el que todo cuenta. Es también una biblioteca de bolas de papel, que son el ticket de entrada que se pide para acceder.

Los críos entran en ese espacio mágico y deben cumplir con varios rituales. El más importante de todos: el silencio. Y dice Portillo Vesga que en sus 15 años de experiencia se ha cumplido. Los niños callan, escuchan y van escudriñando la curiosa biblioteca que sirve para «narrar el conocimiento y el silencio». En Inglaterra, Francia, Bélgica, Italia y Portugal se ha podido visitar ya esta instalación que aún hoy está abierta en el Museo Piñole.

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