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Leopoldo Tolivar Alas, durante su conferencia en el Real Instituto de Estudios Asturianos.
Juan Santiago Portero, «el efímero maestro que cambió a Adolfo Posada»

Juan Santiago Portero, «el efímero maestro que cambió a Adolfo Posada»

Leopoldo Tolivar Alas ofreció una conferencia en el RIDEA explicando cómo había hallado al misterioso profesor que tanto había influido en el famoso jurista ovetense

ALBERTO PIQUERO

Miércoles, 1 de marzo 2017, 00:05

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El catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Oviedo Leopoldo Tolivar Alas, presidente de la Real Academia de Jurisprudencia, impartió en la tarde de ayer en el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), de cuya institución es asimismo miembro permanente, la conferencia titulada 'El maestro desconocido de Adolfo Posada: Juan Santiago Portero'. Fue Portero muy fugazmente, durante el curso de 1876/77, predecesor del propio Leopoldo Tolivar Alas en la cátedra de Derecho Político y Administrativo de la Universidad de Oviedo, desempeño que se vio truncado «por una enfermedad crónica que padecía desde edad temprana», la cual le produciría una muerte prematura, poco antes de cumplir los 39 años, en 1882. Sin embargo, ese tránsito por las aulas universitarias asturianas despertó influencias que el famoso jurista Adolfo Posada evocó pasado el tiempo, aunque no recordase el nombre de aquel profesor tan importante para él.

Leopoldo Tolivar Alas, que hará esta misma lectura para su ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, ha investigado la figura de aquel maestro perdido, en lo que definió al modo de una búsqueda «detectivesca». «Con ocasión de la redacción de un capítulo para la Historia de la Facultad de Derecho (1608-2008) de la Universidad de Oviedo, logré identificar al profesor que, en su breve paso por el claustro asturiano, cambió la consideración que don Adolfo Posada había tenido hacia el Derecho Público que se le había enseñado en las aulas», explicó. Habida cuenta de la importancia jurídica de Adolfo Posada «no parecía baladí averiguar quién había sido el efímero enseñante que había provocado un vuelco, confesado, en su orientación profesional. Porque don Adolfo, cuando recapitula sobre su vida, no recuerda, pese a su buena memoria, el nombre de aquel catedrático cuyas clases -ocasionales- tanto le habían influido».

La dificultad de la investigación estuvo atravesada por «el hándicap de que los archivos de la Universidad de Oviedo habían quedado arrasados en los sucesos revolucionarios de octubre de 1934». Finalmente, Tolivar Alas encontraría orientación: «En una reseña universitaria, conservada en el archivo personal del rector Fermín Canella, apareció el maestro ignoto: don Juan Santiago Portero».

Opiniones de Adolfo Posada que le valoraron describen su perfil y han sido soporte de esta aproximación de Tolivar Alas al personaje. Posada consideraba, tras recibir varias lecciones suyas que «hablaba muy bien y tenía una sólida formación filosófica». Entre los filósofos de referencia, Platón, Aristóteles, Locke, Montesquieu, Rousseau... «Pero aquel docente que explicaba algo muy distinto a lo que venían ofreciendo los auxiliares (...), se alejó muy pronto de nuestra Casa».

En un cuaderno de hule verde, el profesor Tolivar ha recuperado las 114 lecciones que Santiago Portero tenía previstas para el curso de la Universidad de Oviedo. Su fallecimiento temprano impidió que legara una obra más construida.

Recordó asimismo Tolivar Alas que las oposiciones que le trajeron a Oviedo en 1876, simultáneas a las de Granada y Valencia, dejaron fuera a juristas tan eminentes como Joaquín Costa y Rafael Ureña. «Vico y Brabo obtuvo la de Granada y Santamaría de Paredes ganó la de Valencia», explicó Tolivar, que restituía así desde el RIDEA la dimensión de un profesor casi olvidado.

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