Borrar
DESDE EL SILENCIO

Carta a José Luis Pérez

El fundador de las comunidades de fieles católicos Adsis, implantada en Gijón, falleció el 11 de abril

VÍCTOR MÁRQUEZ PAILOS

Domingo, 23 de abril 2017, 02:19

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Yo venía de un lugar donde el pasado sigue siendo presente y nada verdaderamente nuevo cabe esperar de cada nuevo día. Así es el mundo separado del mundo, ordenado por una regla y un abad, tan parecido a su opuesto, este mundo sin alma donde todo acaba siendo comparado con algo ya vivido, fantasma de un turbio pasado que sigue siendo presente. Los extremos se necesitan. Necesita mundo el monje y el mundo necesita monjes que amen el mundo, como leemos de Dios, «que tanto amó el mundo que le entregó a su Hijo único». «Parece que Dios amó el mundo más que a su propio Hijo... como si la entrega de su Hijo fuera consecuencia de su amor al mundo», te escuché comentar una vez como quien piensa en alto. ¡Cómo sabías decir siempre algo nuevo de aquello que todo el mundo repite hasta volverlo viejo!

Más que historia de una vocación, la tuya ha sido la de una provocación. Vocación es respuesta a una llamada. Provocación, en cambio, es pura llamada, a la espera de cualquier respuesta. Es salir al paso del que simplemente pasa. Lo has hecho toda tu vida con Dios y con los jóvenes. Escuchabas su Palabra y nos devolvías su eco en forma de llamada, de invitación inesperada, asombrosa. Cuando le comuniqué tu partida de entre nosotros a cierto amigo que yo había invitado a casa meses atrás, me respondió: «Una pérdida grande, ya sabes que a mí me dejó asombrado con tan solo una sobremesa...». Me veo hoy junto a ti, sentados los dos en tu habitación, mientras me preguntas: «Víctor, ¿qué tal estás?». Nunca me habían preguntado tanto cómo me encuentro hasta que llegué a Peñagrande, la casa central de los hermanos Adsis. Nunca había visto tan amado este mundo nuestro como lo he visto en tus ojos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios