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La cabeza de un oso, en trazos negros, con el hocico hacia la izquierda, localizada en una zona oculta del panel principal de Tito Bustillo.
El bestiario de Tito Bustillo se enriquece

El bestiario de Tito Bustillo se enriquece

Un mamut, una cabeza de oso y el grabado de un caballo, los nuevos descubrimientos en la cueva

JUAN GARCÍA

Martes, 12 de mayo 2015, 00:32

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El hallazgo de la figura de un mamut en la cueva prehistórica de Tito Bustillo no solo ha servido para situar la lejanía cronológica del yacimiento riosellano por encima de los 35.000 años, en el período Auriñaciense, sino que además ha servido para incrementar su bestiario particular. Salvo que los análisis y estudios finales digan lo contrario, este podría ser el primer mamut que se localiza en Tito Bustillo. Los expertos aún mantienen serias dudas sobre otra figura encontrada por Pedro Saura en 2007. El catedrático de Prehistoria Rodrigo de Balbín cree que no es un mamut, que se trata de un reno, aunque el encargado de cuevas en el oriente de Asturias, Alfonso Millara, opina lo contrario, que podría tratarse del primer mamut de la cueva. Es decir, el recientemente encontrado por Millara sería, en ese último caso, el segundo. «Yo siempre tuve la confianza de encontrar algún mamut porque en Tito Bustillo hay laciformes similares a los de El Pindal y mi arriesgada teoría es que estas figuras son mamuts simplificados», afirmó Millara.

Lo sean a no, lo cierto es que Tito Bustillo tiene confirmado y documentado su primer mamut. Está ubicado en una covacha próxima al Pozu'l Ramu. Es un mastodonte en el que se aprecian tanto la trompa como las defensas, aunque una costra estalagmítica oculta gran parte de su cuerpo. «Esta podría eliminarse para ver el animal en su plenitud, pero el coste es alto», afirmó Millara. En España hay dos expertos en la limpieza de arte rupestre, pero el mejor del mundo es un andorrano que en su día visitó la cueva para analizar la posible limpieza de un caballo al que solo se le ven los cuartos traseros y la cola. Presentó un presupuesto, pero nunca fue contratado.

En la misma covacha del mamut también ha aparecido una especie de bisonte que aún presenta dudas sobre su simbología «porque la pintura está muy perdida». A su vez todos los salientes de la cavidad están decorados en rojo. «Parecen signos antropomórficos», señaló Millara. Bajando de esta pequeña cavidad se han localizado dos nuevos caballos pintados en morado y un tercero en el entronque con la galería larga. Una vez en esta, mas caballos grabados, varias figuras de cérvidos, un bisonte y un campaniforme, otra novedosa figura que sirve para enriquecer aún mas el bestiario particular de Tito Bustillo. «Es un dibujo que también aparece en la cueva del Monte Castillo, en Cantabria, que nada tiene que ver con las campanas, pero al que, por su forma, se le ha dado ese nombre», explicó Millara.

Un conjunto que con los años sigue aportando inéditas y novedosas figuras es el Panel Principal de Tito Bustillo. Allí se han encontrado tres nuevos caballos, una cabeza de cabra, otro caballo pintado en negro y una especie de cérvido. Pero lo mas reseñable es la cabeza de un oso descubierta por Millara en una covacha situada en el lateral izquierdo de este Conjunto X. Está pintada con pigmento negro y en ella se aprecian perfectamente las orejas y el hocico. Es el segundo oso de Tito Busillo. En la Galería de los Caballos existe otro de cuerpo entero pero grabado. «Son figuras raras en el arte rupestre asturiano. Yo solo conozco estos dos y uno mas en Llonín, al margen de los localizados en cuevas de Cantabria y Francia», destacó Alfonso Millara. A pesar de que la cabeza de oso está justo al lado del Panel Principal (Conjunto X) no quedará incluida en las visitas turísticas porque está en una zona oculta donde también se ha encontrado «una máscara con barba y otra figura perdida que podría tratarse de un reno».

La cueva de Tito Bustillo estuvo decorada en todo su recorrido, de principio a fin. Desde la entrada primitiva hasta la entrada actual. De hecho, está llena de discos rojos de los que se desconoce su significado. Alfonso Millara cree que podría tratarse de signos topográficos, «porque todos están en el mismo nivel y en la misma posición». Son similares a los aparecidos en Monte Castillo, datados en 40.000 años de antigüedad. Y también sorprenden las dos manchas de pintura roja paleolítica que señalizan dos líneas de inundación, prehistóricas crecidas del río San Miguel.

Posibles antorchas

Los responsables de la Dirección General de Patrimonio del Principado de Asturias pretenden esclarecer otro enigma que rodea a algunas estalagmitas localizadas en la Galería de los Caballos. Unas formaciones geológicas que están rotas y que en su interior se ha encontrado carbón. Se cree que pudieron ser utilizadas como antorchas, como lámparas naturales para iluminar esa y otras salas de la cueva. Por ese motivo, los responsables de la conservación de Tito Bustillo tienen pendiente la visita del Pedro Cantalejo, un arqueólogo andaluz experto en la materia que ya ha documentado varias estalagmitas-antorcha en la cueva de Ardales (Málaga). «Aquí pudo ocurrir lo mismo o no, pero esa información no la podemos confirmar nosotros. Eso debe hacerlo Pedro Cantalejo», añadió Alfonso Millara.

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