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César García de Castro, ayer, en el Arqueológico.
«Junto a la Foncalada se beben 2.000 copas cada sábado. Podría ser una catástrofe»

«Junto a la Foncalada se beben 2.000 copas cada sábado. Podría ser una catástrofe»

«La gestión de las joyas del Prerrománico es muy mejorable. Santa María del Naranco soporta una carga de visitantes superior a la que puede soportar»

AZAHARA VILLACORTA

Viernes, 11 de diciembre 2015, 01:12

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César García de Castro (Avilés, 1964), técnico del Museo Arqueológico de Asturias, inauguró ayer el ciclo de conferencias organizadas con motivo del 30 aniversario del reconocimiento del Prerrománico asturiano como Patrimonio Mundial por la UNESCO con la ponencia titulada 'El Arte Prerrománico y el Reino de Asturias: significado histórico y artístico'.

¿Qué tenemos hoy que ver con aquel Reino de Asturias que algunos consideran cuna de España?

El Reino de Asturias dejó una presencia material: monumentos, joyas, documentos, tradiciones que han llegado a nuestros días. Y hay una continuidad porque llevamos su nombre. Asturias es Asturias desde entonces. La identificación de un topónimo con un territorio desde la Edad Antigua solo la mantuvieron Asturias y Galicia.

¿Tendrá algo que ver con nuestro aislamiento secular?

Pues probablemente. Esto es el último fondo de saco del Mediterráneo y, de hecho, hemos sido las regiones más atrasadas de España hasta la Revolución Industrial sin duda ninguna.

O sea: que de los genes de aquellos bravos astures no queda nada.

No. La continuidad genética con los reyes asturianos y con los individuos que estaban allí es una ilusión. Las sociedades se transforman en cada generación y los genes se van mezclando y diluyendo con cada cópula.

Lo que también parece innegable es que Asturias ha perdido poder.

Evidente. En aquel momento, Asturias era sede del poder central y hoy es el territorio con menor capacidad de decisión de España. Asturias pesa muy poco políticamente. Solo hay que mirar cómo está: hemos concluido la autovía del Cantábrico hace unos meses, está aún pendiente la Alta Velocidad y llevamos 30 años en un proceso de declive económico imparable que afecta a todos los sectores productivos.

Volvamos a los siglos XIII y IX. ¿Cómo están los monumentos prerrománicos? Uno de los mayores expertos en este campo, Lorenzo Arias, afirma que las joyas de Santullano y la Foncalada corren el riesgo de convertirse en «enfermos terminales».

No es así. No están mal conservados. Otra cosa es que su gestión sea muy manifiestamente mejorable, pero la situación no es alarmista.

¿Por dónde empezaría a mejorar?

Por las visitas a Santa María del Naranco, que soporta en verano una carga de visitantes superior a la que pueden soportar. O por los accesos peatonales desde el aparcamiento, que necesitan un pavimento digno. El camino que existe está un estado penosísimo. En invierno, es un obstáculo: llueve y arrolla, la gente entre barro...

Iglesia y Principado no se ponen de acuerdo. ¿De quién es la responsabilidad última?

De los dos. Hay que ordenar cómo entra toda esa gente. Esas aglomeraciones no pueden ocurrir como ocurren en Santa María y en San Miguel de Lillo. Hay que poner orden porque es un desgaste cotidiano. Santullano tiene muchas menos visitas y la Foncalada mucha gente no sabe ni dónde está.

La Foncalada «está hecha una porquería», según su colega Arias.

Hay que distinguir el óptimo entorno de la amenaza material. Santullano, hoy por hoy, no está amenazado por la autopista en el sentido de que las vibraciones llevan siendo medidas 30 años. Tiene un problema serio por dentro, en sus pinturas murales, pero es anterior. Y la Foncalada tiene el problema de que está en un entorno que no es el adecuado, pero está razonablemente bien. Lo que no se dan son actos de vandalismo. Son rarísimos y eso que Santullano y la Foncalada están en medio de Oviedo. Parece que hay una cierta conciencia social. Podrían estar mucho peor.

¿Peor?

Date cuenta de que la Foncalada tiene una zona de copas alrededor. Hay una docena de bares a 15 metros. Uno de ellos, a un metro. Pensando en la vida nocturna que tiene Oviedo, podría ser una catástrofe. Y no: está razonablemente limpia y respetada. No tiene grafitis. No tiene cristales. Pon que, un sábado, se consumen en torno a la Foncalada 2.000 copas. ¿Y cuántos cristales encuentras? El que tira un borracho. Es un entorno potencialmente agresivo pero que, afortunadamente, no se manifiesta como tal.

¿Qué pasa con la Cámara Santa y, por extensión, con la Catedral?

Está razonablemente cuidada. Lo que hay que sacar de ahí, desde mi punto de vista, son los conciertos. Son indignos. No es el sitio adecuado para hacer conciertos de miles de decibelios. En un entorno como ese no puede haber esas aglomeraciones. Además, hay otros sitios para hacerlos. No entiendo esa obsesión por colonizar el centro histórico con actividades como la hoguera de San Juan que no tienen sentido. El centro histórico no tiene por qué soportar eso. Lo cual no quiere decir que aquello tenga que ser un desierto.

Valdediós está en proceso de inclusión en la lista de la UNESCO.

Tiene méritos suficientes para estar.

La Iglesia no encuentra inquilinos. ¿Eso le perjudica?

Por la experiencia que tengo, los monjes no es que se ocuparan específicamente del Conventín.

Llevamos 20 años a vueltas con el Plan del Prerrománico. ¿Qué actuaciones urbanísticas rescataría?

Lo que hay que hacer ya se sabe. Otra cosa es hacerlo. Existen media docena de ellos. Y hay una cosa muy fácil de hacer que es completar el entorno de la Foncalada, una pequeña parcela ajardinada que debe excavarse y recuperar lo que tengamos de monumento soterrado, que todavía tenemos. Eso es fácil, barato, sin complicaciones.

¿Hay que musealizarla?

Primero hay que conocer lo que hay oculto y ver si aquello es susceptible de ser encapsulado. En función de eso, plantearía una reordenación de accesos y eliminar algunos de los actuales. Y, en Santa María, sería muy conveniente desviar el tráfico que sube a la cima del Naranco, que pasa al lado. Mucho menos, en todo caso, que en el acceso a Oviedo por la 'Y'.

Eso es un conflicto para Oviedo que, además, está pendiente de la reordenación del espacio de la Fábrica de Armas, de manera que la actuación en el entorno de Santullano no sea tan lesiva como desmontar la autopista. Eso es tremendo.

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