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Montserrat Martínez, en Laboral Centro de Arte.
«No es momento de darse latigazos»

«No es momento de darse latigazos»

«Hay que intentar buscar el diálogo entre todas las partes para que Laboral Centro de Arte siga adelante y no se hunda»

AZAHARA VILLACORTA

Domingo, 28 de febrero 2016, 02:28

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A Montserrat Martínez (notaria, dos hijos) la nacieron en Boal hace 48 años, pero con pocos meses de vida la trajeron a Gijón, así que se considera playa. La presidenta de la Asociación de Amigos de Laboral Centro de Arte, que agrupa a más de un centenar de personas, está decidida a recuperar la actividad de la organización empezando con una jornada que se celebrará el próximo jueves, 3 de marzo. Asegura que es hora de sumar y no de restar desde una sala de su notaría presidida por una obra de Mariano Matarranz.

¿Cómo le da a una notaria por meterse en este embolado?

Porque Laboral Centro de Arte siempre ha sido un sitio que me abre una ventana nueva. Miraba hacia un sitio al que no había mirado nunca y siempre me ha parecido estimulante. Entonces, un día, surgió la asociación.

Se creó formalmente en 2014. ¿Por qué han tardado tanto en organizar algo?

Todo lleva su tiempo. Y, además, es gente que tiene que disponer de su tiempo de ocio. Y todos, de diferentes ámbitos. El ser humano, a veces, es mucho de hablar y poco de actuar. Y también había que buscar un proyecto que nos gustase, nos ilusionase y nos identificase.

¿Qué ofrecerán esas jornadas del jueves que por fin les ilusionan?

Se trata, sobre todo, de enseñar que los artistas pueden trabajar dentro de la empresa. Pretenden divulgar las experiencias de artistas que han trabajado dentro. Es decir: no haciendo arte en la empresa, sino poniendo a su disposición su creatividad para resolver retos de producción. Y, para ello, contaremos, por ejemplo, con Femetal, porque nos parecía que podía ser la conexión artista-empresa más improbable.

Sin embargo, sigue siendo todavía algo excepcional en Asturias.

Sí. En Asturias no hay ejemplos de esa conexión. Pero no por nada, sino porque seguramente no se dieron las circunstancias. Aunque Laboral tiene el FabLab, que es un sitio donde se mezclan el arte, la tecnología, la ciencia, la ingeniería... Y, a veces, surge esa conexión entre lo empresarial y lo artístico. Es el embrión. Y en la Universidad este tipo de equipos multidisciplinares tampoco son tan infrecuentes. Los artistas tecnológicos son reclamados por ese tipo de proyectos. Pero está claro que no es algo habitual.

Tampoco lo es que más de 30 artistas se reúnan para exigir mayor «compromiso político» y denuncien una situación «crítica».

Nosotros, como asociación, no estamos ahora en condiciones de adoptar una posición colectiva respecto a ese tema. El proyecto, como todos los proyectos, puede pasar por situaciones críticas debido a la época en la que estamos. Ten en cuenta que estamos en una situación de crisis económica que afecta a todo.

¿Laboral Centro de Arte no está entonces en «peligro» como dicen?

Desde el punto de vista artístico, de los proyectos que tienen encima de la mesa, no. Desde el punto de vista económico, tenga en cuenta que acabamos de llegar y es difícil abordar temas complejos de relaciones laborales y relaciones internas que nosotros no podemos resolver. En cualquier caso, el diálogo seguro que es lo mejor.

Además de diálogo, dos de sus responsables han llevado al juzgado su situación laboral por «métodos de contratación cuestionables».

Sí conozco el hecho, pero no manejamos esa información ni los procedimientos de contratación. No soy la persona adecuada porque no está dentro de nuestra competencia. Ni tampoco se han puesto en contacto con nosotros.

Estas mismas voces hablan del «desmantelamiento continuo» del centro de arte. De goteras, humedades, una mediateca cerrada... ¿Tienen ustedes constancia?

No. No tengo constancia, puesto que no estamos en la gestión diaria del centro, pero lo que sí es cierto es que estamos en un momento en el que los recursos son más limitados y los presupuestos más restringidos, lo cual puede afectar al mantenimiento.

¿Tampoco les consta que el centro tenga otras necesidades perentorias frente a su «deterioro»?

No. No sabría decirle.

Hablemos de su contenido.

Hay que entenderlo en el contexto socio-económico en el que nos encontramos. ¿Que puede que sea necesario que haya más proyectos? Pues seguramente. Yo también tengo menos trabajo. Pero ellos han seguido funcionando con proyectos muy importantes como los que se desarrollan de Europa Creativa, que suponen un reconocimiento a la trayectoria y al trabajo del centro, puesto que es el elegido en España para ello, siendo financiados en parte con iniciativa privada.

Y, después de todas estas alarmas, ¿no están preocupados?

Hombre, sí. Evidentemente, si hay un conflicto, es preocupante porque todos los conflictos son negativos. Habrá que intentar buscar el diálogo entre todas las partes para que el proyecto siga adelante y no se hunda, como están arguyendo. La asociación, la fundación, la dirección, los trabajadores... Dejando eso al margen, parece necesario que todo el mundo siga luchando por el proyecto resolviendo sus conflictos. No es el momento de darse latigazos ni de tirar piedras sobre el propio tejado. Por lo menos, por parte de la asociación, que lo que tiene es una voluntad de apoyo al proyecto.

¿Cómo explican que la plaza de director de actividades quedase desierta con tantos candidatos?

Es curioso. Yo no estaba entre las personas que tomaron las decisión, pero parece ser que los perfiles no eran los adecuados para cubrir esa plaza. Cubrirla por cubrirla tampoco creo que fuese la solución adecuada. Y se intentó resolverlo lo más rápidamente posible para sacar otra vez la convocatoria. A ver si en esta ocasión tenemos mejor suerte y se presenta una persona que reúna el perfil que el centro considere adecuado. Seguramente no reunían el perfil y es mejor dejarla desierta que cometer un error.

«No tiene un contenido fácil»

Óscar Abril se fue tras apenas doce meses alegando que su destitución fue algo personal contra él.

No dio tiempo a que nos hiciésemos una idea de lo que quería hacer. Fue todo un poco fugaz.

Lo que no parece fugaz es ese carácter 'elitista' que sigue arrastrando el complejo según algunas voces.

El centro no tiene un contenido que sea fácil. Eso está claro. Sí que tienen muchísima importancia todas las actividades que hacen con los niños y con los jóvenes para la creación de nuevos públicos, que son muy populares.

Hay dos visiones contrapuestas al respecto.

Sí. Hay dos opiniones sobre el centro: la de los que opinan que hay que popularizar los contenidos para que a la gente le puedan interesar o establecer otros proyectos que puedan tener más gancho y la de aquellos que consideran que el centro tiene que apostar por el proyecto inicial, que es el que le posiciona en todas partes, por lo que es respetado, por lo que tiene prestigio, que ya irá el público en general entrado poco a poco en apreciarlo.

¿Usted con quién está?

Con la última. Estoy por buscar fórmulas para que el público vaya pero sin diluir el proyecto. Porque, si lo diluyes, pierdes posición en el mundo artístico. Tener un proyecto es importante. Es lo que te posiciona. E intentar acercar a la gente. Nosotros lo estamos haciendo con los profesionales y la empresa.

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