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Verónica Forqué, en la Gran Vía.
Verónica Forqué: «Lo más peligroso es aburrirse de uno mismo»

Verónica Forqué: «Lo más peligroso es aburrirse de uno mismo»

La incombustible actriz se sube de nuevo a las tablas para protagonizar una de las obras más premiadas de Broadway, 'Buena Gente'

Rosario González

Jueves, 5 de febrero 2015, 01:45

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La última obra de teatro que logró conmover a Verónica Forqué lo suficiente como para subirse a las tablas fue 'Shirley Valentine', del productor Carlos Lorenzo. El proceso de selección es peliagudo cuando se elige cada proyecto "muy de corazón", como la actriz madrileña, que necesita sentir ese palpitar que le señala el personaje y le confirma que es eso y no otra cosa lo que quiere hacer en ese momento. "Con la última obra fui tan feliz que pensé que todo lo que me ofrecieran después me parecería una birria", explica Forqué desde el sofá tapizado del Hotel Emperador de Madrid, apenas a unos pasos de distancia del Teatro Rialto donde estrena este viernes 'Buena Gente', una de las obras más premiadas de Broadway, escrita por el Premio Pulitzer David Lindsay-Abraire y ganadora del Premio Tony en 2011. "Supe de inmediato que era para mí y, conforme leía la obra, iba diciendo yo misma lo que decía mi personaje. Eso no pasa casi nunca", señala feliz.

Completan el reparto los actores Juan Fernández, Pilar Castro, Susi Sánchez y Diego París, mientras que el director David Serrano se ha encargado de la adaptación al castellano de una obra en la que confluyen el humor y la sensibilidad y que explora "los desafíos, lealtades y deseos" que cada ciudadano de a pie tiene que gestionar en la búsqueda de una nueva oportunidad en la vida. "Habla de héroes del día a día, de personas luchadoras y de un tema tan actual como la falta de oportunidades. Como le sucede a mi personaje, Margarita, una mujer madura con una hija discapacitada que se queda sin trabajo, pero es una mujer que lucha, que no tira la toalla y nos gusta ver personas así", describe Forqué, que lamenta que "a partir de los 50 parezca que las personas ya no sirven, que no son útiles para nadie".

Artista imprescindible de la escena española, musa de Luis García Berlanga, Pedro Almodóvar, Fernando Trueba o Fernando Colomo, y ganadora de cuatro premios Goya entre otros galardones, Forqué continúa espléndida a sus casi 60 años. Se declara "feliz" tras superar hace apenas un año una depresión de la que ha salido recuperada, más plena y encarando con energía una nueva etapa en su vida.

- ¿El pública demanda cada vez más teatro contemporáneo?

La obra es muy actual, está escrita ahora y ocurre ahora pero puede ocurrir en un escenario de Boston y podría ocurrir aquí en Vallecas. Todas las obras que son buenas, inteligentes y que de verdad nos importan a los seres humanos están siempre vivas, no pasa el tiempo por ellas. En este caso, además de la falta de trabajo, también refleja la falta de oportunidades para una persona de la edad de Margarita, mi personaje, que parece que a partir de los 50 las personas ya no sirven, no son útiles para nadie.

- ¿Por qué sucede? ¿Falta humanidad en la sociedad actual?

No lo sé, pero por ejemplo en Londres hay personas mayores que atienden en los comercios y que encuentras detrás de un mostrador. No se qué sistema tienen allí pero es maravilloso, es muy bonito no aparcarse.

- 'Buena Gente' es casi un homenaje a los "héroes del día a día"

Son héroes corrientes y molientes. Mi personaje, Margarita, es una heroína porque es una luchadora y tiene muy claro lo que quiere. Es una madre soltera, tuvo a su hija Anita muy joven, que nació con muchos problemas. Ha tirado adelante por esta criatura y ha tenido miles de trabajos malos porque no ha estudiado, el padre las abandonó y su madre trabaja en una fábrica y no puede ayudarlas. Es una mujer que lucha, que no tira la toalla y nos gusta ver a personas así.

- ¿Qué tendría que cambiar la sociedad actual?

Creo mucho en el Estado del Bienestar, en que tiene que proteger a las personas que necesitan su ayuda, porque no creo que la gente no trabaje porque no quiera trabajar, como dicen algunas teorías. La obligación de un estado civilizado es dar oportunidades a las personas más pobres para que puedan optar a una vida mejor y es justo que los que tengamos más repartamos. Los recortes son algo muy malo para el país y dan una imagen mala.

- ¿La solidaridad es una obligación para quien tiene suerte en la vida?

Sin duda, es una cosa que te sale natural o debería. Mi padre siempre me decía: "Nena, nosotros nunca seremos ricos", pero disfrutaba de todo lo que tenía y si había dinero, pues hacíamos un viaje o dos y me decía: "Los ricos no hacen esto". Y es verdad, me he tropezado con gente con mucho más dinero que yo, lo cual no es nada difícil, y son enormemente tacaños.

- ¿Es la codicia el mayor defecto del ser humano?

- El ansia de tener dinero, dinero y dinero y la ostentación. Hemos pasado de un fascismo tremendo que acabó en el 75 y ahora el nivel número uno en este país es ganar mucho dinero. Mario Conde fue casi un héroe nacional en este país. Ahora lo que mola es ser joven o millonario y los demás tenemos que trabajar mucho, estamos mal vistos.

- ¿La eterna veneración de la juventud?

Cumplir años está mal visto, sobre todo para las mujeres, porque un hombre de 60 está bien visto y si además tiene poder económico puede tener las chicas que quiera. Con una mujer no funciona así, aunque igual es que tampoco queremos. Yo he vivido toda mi vida en pareja y ahora he descubierto lo bien que se vive sola y estoy feliz. Me he cansado de los hombres.

- ¿Es posible ser 'Buena Gente', como el título de la obra, en un mundo cada día más inhumano?

Vivimos en una sociedad que se mueve por cuestiones económicas. La política hoy en día no se mueve por cuestiones ideológicas sino por poder económico y son los lobbies y los bancos los que apoyan a un partido u otro porque les parece más conveniente para poder seguir ganando mucho dinero. Es triste pero es la realidad y siempre ha sido así, aunque parece que es ahora cuando hemos despertado.

- ¿Sigue practicando el budismo?

No soy budista. Practico la meditación, que trata el lado espiritual y de cómo ser más felices, y trato de entender las enseñanzas de Buda, de Cristo, de todos los maestros y aprender de ello. Más que de la bondad los budistas hablan de la compasión, que significa amar al otro y ponerse en su lugar. Pero no en el sentido católico de sentir pena por el que sufre y estar por encima porque tienes más, en el concepto budista el que ayuda y el que es ayudado están al mismo nivel y muchas veces se alimenta más y aprende más cosas el que ayuda que el que es ayudado.

- Sigue en activo, pero muchas mujeres se quejan de invisibilidad al llegar a una cierta edad

No se ven historias donde la protagonista sea una mujer mayor como mi personaje. Al cine va sobre todo la gente muy joven y por eso las películas americanas son como para niños, adolescentes, palomitas, cocacolas, nachos... También hay películas muy buenas y yo he ido mucho al cine pero ya no voy, todo tiene su momento y ahora tengo una tele estupenda con películas a todas las horas del día.

- ¿Sigue siendo el teatro el escenario por excelencia para un actor?

Hay grandes actores que nunca se han subido a un escenario, como Javier Bardem o Penélope Cruz. También Imanol Arias hace muy poco teatro. En parte es una elección personal y en parte las circunstancias, por ejemplo si Manuel lleva tantos años con su serie, con tanto trabajo y tantas horas, meterse al teatro es complicado. A mi me encanta, me da mucha vida y soy feliz encima de un escenario. El contacto con el público, los compañeros... es una experiencia impagable.

- ¿Se siente miedo a llegar a repetirse en el escenario?

Tienes crisis en las que estás aburrida de tí misma y es un peligro para el actor caer en hacer cosas que sabes que funcionan y repetirse, caer en tics de formas de hablar, de moverse... hay que tratar de buscar siempre cosas nuevas. La inspiración se encuentra en la vida, en lo que veo, escucho o la gente que conozco. La vida es nuestro lugar de trabajo.

- ¿Sigue siendo doloroso el proceso hasta llegar a comprender al personaje?

En esta ocasión no me he enterado de que hemos estrenado, ha sido tan fácil que igual lo estoy haciendo fatal porque no hay ni el menor rastro de miedo, de angustia, ninguna crisis ni con los actores ni con el director. En eso influye el director al cien por cien, porque es quien crea el clima de trabajo, el que te mima y el que te da caña cuando hace falta y en este caso lo está haciendo tan bien que no sientes esfuerzo. Me gusta la gente exigente porque no soy nada chapucera.

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