Los Goya claman contra la piratería y el IVA

Cantando y bailando. Así comenzó la gala de los Goya que festejó los treinta años de los galardones y que estuvo de fiesta de principio a fin. Un Dani Rovira bailarín y cantalín se encargó de dirigir una ceremonia que tuvo muy presente la efeméride y también el sesenta aniversario de Televisión Española. Con humor -«hace treinta años en España teníamos presidente del Gobierno»-y con más de una pulla lanzada directamente contra el IVA cultural, Dani Rovira fue enlazando bromas y veras y presentado los nombres propios de la ceremonia, ante la mirada atenta del ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo. «Yo entiendo que no se quiera bajar el 21% del IVA cultural; si afectara a los que tienen yates, a mí también me daría igual, y eso mismo le pasa a Montoro», soltó el presentador de la gala, en un intento de mostrar el poco interés por la cultura, ausente -dijo- en todos los debates electorales .

Más crítico fue después el presidente de la Academia del Cine, Antonio Resines, que centró su discurso en un año en el que se hicieron 143 películas en reclamar una bajada del IVA cultural y una lucha efectiva contra la piratería. «El cine sí es cultura y como tal debería ser una cuestión de Estado al margen de partidos e idiologías», afirmó.

Alfombra política y literaria

Ni la Preysler ni Penélope ni Juliette Binoche. Ayer el momento 'modelón' de los Goya lo escribió Pablo Iglesias, que mostró de sí mismo una imagen inédita: esmoquin y pajarita. Ahí es nada. Los Goya se llenaron de políticos en una alfombra a la que también acudieron Pedro Sánchez -sin corbata- y Albert Rivera -con pajarita-. Pero lo cierto es que al margen del morbo de ver al líder de Podemos sin su 'look casual', las mujeres echaron el resto en su paseíllo rumbo a la gala. Como es norma, Penélope Cruz destacó con un Versace negro tan impecable como impresionante. Pero no fue la única que epató. Con permiso del escote plateado de Juliette Binoche, los tonos blancos y las aberturas laterales en las faldas encontraron hueco destacado entre las actrices, que echaron el resto para deslumbrar. Y lo hicieron, por mucho que fuera una veterana como Isabel Preysler quien acaparara más miradas, muy guapa con un vestido de rayas en negro y plata de Naeem Khan y sin soltar ni medio minuto la mano de Mario Vargas Llosa, que entregó el premio al mejor guion.

Mucho vestido de Pronovias desfiló por los Goya, en la que no faltaron creaciones de Elie Saab (Silvia Abascal), Lorenzo Caprile (Cayetana Guillén, Ana Álvarez), Georges Chakra (Clara Lago), Teresa Helbig (Macarena Gómez, Úrsula Corberó), Calvin Klein (Paz Vega), Stella McCartney (Elena Ballesteros)...

Ellos, con menos capacidad de innovación -salvo en el caso de Óscar Jaenada, con un look corsario poco común-, lucieron de negro por aclamación -de traje o esmoquin- y diviéndose entre tres opciones: corbata, pajarita o ni una ni otra. Tim Robbins fue, sin duda la estrella masculina de la alfombra roja, a la que acudió junto a Fernando León de Aranoa. También destacó Javier Bardem, que posó sonriente junto a su mujer y ocupó butaca en primera fila.