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Francis Ford Coppola. EFE
El nuevo rumbo del visionario Coppola

El nuevo rumbo del visionario Coppola

El director de 'El Padrino' publica el libro 'El cine en vivo y sus técnicas', en el que apuesta por el nuevo formato 'live cinema'

Álvaro Soto

Madrid

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Domingo, 1 de abril 2018, 20:24

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Un cineasta que ganó seis Oscar en la década de los 70 podría haberse dedicado a repetir el mismo exitoso patrón. Y sin embargo, Francis Ford Coppola (Detroit, 1939) no ha dejado de innovar en cada una de sus películas. Como guionista, como productor y sobre todo, como director, el creador de la saga de 'El Padrino' y el autor de algunas de las películas más importantes de la historia, como 'Apocalipsis Now' o 'La conversación', ha explorado terrenos ignotos, casi siempre con resultados magistrales. Ahora, su nuevo reto se llama 'live cinema', un formato sobre el que teoriza Coppola en el libro 'El cine en vivo y sus técnicas' (Reservoir Books), que sirve además como autobiografía del autor. Se acerca a este género Coppola remontándose a su infancia y descubrieron al lector su interés, desde niño, por la innovación.

La televisión fue la puerta de Coppola al cine y al teatro y el 'live cinema' que defiende en la actualidad es la fusión de estos tres artes, pero a ellos les añade la realidad virtual o los juegos de rol, de manera que directores que están separados por cientos de kilómetros puedan crear obras conjuntas o el espectador sea también protagonista.

El director norteamericano de origen italiano recuerda que su padre, músico clásico y flauta en la orquesta sinfónica de la cadena de televisión NBC, era un enamorado de los desarrollos tecnólogicos. Fue uno de los primeros propietarios de una grabadora de vinilos de acetato doméstica Presto, de un magnetófono de alambre y también de una televisión. «Yo tenía siete años, la edad idónea para hacerlos funcionar, de modo que, cuando el televisor Motorola de pantalla pequeña apareció en nuestra casa de Long Island, me sentí en las nubes», escribe Coppola.

Una sensación que se acentúo dos años después, cuando el cineasta sufrió la polio y se quedó paralizado. «Estuve preso en mi propia habitación, con el televisor como principal entretenimiento, junto con otros muñecos, un magnetofón y un proyector de juguete de dieciséis milímetros. Durante un año no vi a otros niños aparte de a mis hermanos», explica el director.

Se lamenta Coppola de que la tecnología no esté lo suficientemente avanzada y los productores no se decidan a apostar con fuerza por el 'live cinema', así que asume que él, quizá, no pueda realizar ninguna obra en este formato. Pero tiene claro que el futuro irá por ahí y que el cambio será inevitable, igual que en la década de los 90 se produjo «el abandono del soporte fotoquímico-mecánico para adoptar el digital». «Muchos cineastas jóvenes son renuentes a abandonar el celuloide, sin darse cuenta de que este ya los ha abandonado a ellos. La fábrica Eastman Kodak de Rochester, en Nueva York, que llegó a emplear a 3.500 personas, hoy día ha reducido su plantilla a 350 para adaptarse a la demanda de celuloide de los pocos cineastas (entre ellos, mi hija –Sofia Coppola–) que prefieren trabajar como en los viejos tiempos. Pero [el cine] nos llevará a nuevos rumbos», concluye Coppola.

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