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Andrés Pascual, junto a su última novela, 'Edén'.
«La civilización  que hemos creado ya no sirve, hemos tocado fondo»

«La civilización que hemos creado ya no sirve, hemos tocado fondo»

El autor de 'Edén', uno de los superventas del verano, cree que «los activos de la mujer han estado desaprovechados y serán ellas las que dirijan el cambio del mundo»

MIGUEL ROJO

Miércoles, 2 de julio 2014, 00:23

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Andrés Pascual (Logroño, 1969) es abogado, escritor y dirige el Áula de Cultura del periódico La Rioja. Acaba de públicar 'Edén', «un thriller que busca que el lector se lo pase muy bien, aunque está marcado por una fuerte carga social». En él es capaz de mezclar el ritmo de lo que ya es un 'bestseller' con el intento de aportar «la inspiración que necesitamos en estos momentos para dar un puñetazo en la mesa y cambiar la situación que estamos viviendo». Estos días está en Asturias, «visitando a varios amigos que tengo aquí».

'Edén' es un thriller, pero tiene una importante carga social y es muy crítico con las desigualdades...

Escogí Brasil como escenario para 'Edén' porque es un país en el que podemos encontrar lo mejor del planeta y de la gente que lo habita, pero también las lacras que lo azotan, como son la desigualdad, la inseguridad, la inestabilidad, la falta de sostenibilida del modelo de desarrollo... Es un lugar de contrastes, porque todo eso convive con la prosperidad, la innovación, el progreso económico... La novela habla sobre cambiar ese mundo. La civilización en la que vivimos no es mala en sí misma, pero el modelo que usamos desde hace tiempo ya no sirve para el mundo que tenemos. Hemos tocado fondo. El reto que planteo al lector es hasta dónde sería capaz de llegar para cambiarlo.

La protagonista es Nika, una chica española que está en paro y se lanza a cambiar su vida... ¿Cómo se siente uno escribiendo desde el punto de vista de una mujer?

Es una experiencia creativamente muy satisfactoria a la que me lancé sin pensarlo demasiado. En el Edén que tenemos que construir -de ahí el título de la novela- creo que la mujer será la principal protagonista. Los activos de la mujer han estado muy desaprovechados, ahora nos vamos dando cuenta de que tenemos que sacarle el máximo partido y serán ellas las que dirijan el cambio necesario para el mundo. La mujer es la encargada de dar y preservar la vida, pero atesora una entrega absoluta en todas aquellas cosas en las que cree y tiene el don de la economía doméstica -y no quiero que suene sexista, es un halago-, un concepto que deberíamos extrapolar a nivel planetario.

¿Son ellas las que tienen que empezar a dirigir las instituciones?

La ONU acaba de crear un instituto para el control del Medio Ambiente bajo la pregunta de cómo vamos a vivir 10.000 millones de personas en este planeta dentro de muy pocos años, y ha colocado a la ministra de Medio Ambiente de Mongolia como presidenta. Olé por la ONU.

Vista la situación en España, parece que somos de los que más estamos sufriendo la crisis...

El modelo de civilización en el que vivimos ha surgido de Occidente y se ha revelado errático en muchos aspectos. Es hasta lógico que seamos nosotros quienes estemos sufriendo las consecuencias más que nadie. De hecho he querido que Nika sea española para que los lectores se vean representados e inspirados por ella. Está en el paro, pero no sabe hasta cuando, que es mucho peor. Sin embargo es capaz de lanzarse a una aventura con los ojos cerrados y el corazón abierto, es capaz de dar el primer paso hacia una nueva vida. Para cambiar el mundo primero tenemos que cambiar nosotros mismos, y ella lo intenta.

¿Es la moraleja entonces que sí es posible una salida?

Yo creo en el ser humano. Esta es una novela crítica con el sistema, pero esperanzadora al mismo tiempo. He tratado de volcar en el libro más preguntas que respuestas. Los libros no cambian el mundo, lo hacen los lectores. Yo solo planteo una serie de situaciones a las que creo que hay que enfrentarse.

¿Debemos cambiar también nuestra forma de entender la cultura? Parece que el todo gratis se está imponiendo.

Soy partidario del libro electrónico porque la gente tiene que leer, de una forma o de otra. Pero más pronto que tarde tomaremos conciencia de que la única forma de salvar la cultura es respetarla. Pagar por las novedades editoriales no está reñido con la apertura de la cultura a todos los sectores y a todos los formatos. Tenemos que sacrificar lo que sea necesario para reconducir este mundo loco. Si no somos capaces de pagar unos euros por un libro, una película o un disco, mal vamos. La economía alimenta el cuerpo, pero la cultura alimenta el alma y tenemos que cuidar tanto lo uno como lo otro.

¿Qué busca conseguir con su libro?

Espero que los lectores se lo pasen muy bien y sus maridos y mujeres me odien porque no apagan la luz de la mesilla por las noches. Y hacerles reflexionar un poco.

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