«La palabra es poderosa, hay que tener cuidado de cómo se utiliza»

Miriam Reyes (Ourense, 1974) es una de las voces más destacadas de la poesía española contemporánea. Con tres títulos en el mercado, finalista del XIX Premio Hiperión, su nombre es una referencia para la crítica y los lectores más atentos. Acaba de presentar su último libro: 'Haz lo que te digo' (Bartleby, 2015).

En su nuevo libro el lenguaje es el hilo conductor de distintas edades...

Hace de hilo conductor en los diferentes estadios de una relación con el otro. Comienza con ese «quiero...» que expresa las necesidades comunicativas de los niños. Luego se pasa al «tú y yo» en una relación con el otro. De ahí se va al «haz lo que te digo», conseguir que por medio de palabras hagan algo por nosotros: es el núcleo del libro. Ahí es donde surge el conflicto: qué es lo que entiendes tú de lo que yo digo. La parte final sería el «aquí estoy», la reafirmación personal en la que vuelves a definirte como individuo.

En ese: 'Haz lo que digo', ¿estaría el poder de la palabra?

La palabra es poderosa y tiene mucho peso, por eso hay que tener mucho cuidado de cómo se utiliza En algunos poemas recrimino el uso banal de las palabras: el «no puedo vivir sin ti», etc. Y replico: «Detesto las imprecisiones, ¿qué estás diciendo?» Me interesan los juegos del lenguaje tal como los estudió Wittgenstein. Hay que poner unas reglas, las dos personas tienen que estar jugando a lo mismo. Y ese es el problema: igual no hemos estado jugando a lo mismo.

Desde sus primeros libros, ¿su poesía ha evolucionado como un correlato de su vida?

El correlato con la peripecia vital siempre está. Para mí es fundamental, no lo separo ni quiero separarlo, es parte de mi poética. La evolución del yo poético está ligado a la evolución personal y literaria. Vivo un momento distinto al de entonces, tengo otra edad, veo las cosas de distinta manera, he leído a otros autores. Es el «aquí estoy».

Hábleme de sus videopoemas...

Comencé a trabajar en ellos al percibir la dificultad de leer en público algo que fue escrito para ser leído y no para ser escuchado. Se trataría de crear el ambiente para entrar en un poema en un contexto adverso. Mis videopoemas no ilustran los textos, vuelvo a reescribirlos en otro lenguaje. Utilizo el vídeo como si estuviese usando lápiz y papel, con mis propias manos, lo hago con la misma intimidad con la que escribo un poema.

Participa en el documental 'Se dice poeta' de la gijonesa Sofía Castañón: ¿servirá para que dejen de preguntarles a las poetas por la 'poesía femenina'?

Ojalá sirviese. Es lamentable que a estas alturas, siendo la generación que somos nos encontremos aún con esto: estereotipos, tópicos.. ¿cómo es posible? Pero ahí están. Lo que refleja el documental es algo que se tiene que decir y hacer relevante, es una cuestión de educación, aunque parece que todo estuviese en contra, ¿no?