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La argentina Samanta Schwebling gana el Premio Tigre Juan de Novela

La argentina Samanta Schwebling gana el Premio Tigre Juan de Novela

El jurado decidió premiar 'Distancia de rescate', de la autora de Buenos Aires, que se impuso en la final al ovetense Chus Fernández

miguel rojo

Jueves, 26 de noviembre 2015, 21:30

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Tras haber valorado más de setenta obras y realizar dos cribas de las que salieron dos finalistas, el jurado del Premio Tigre Juan de Novela, que se acaba de fallar en el Salón de Té del Teatro Campoamor de Oviedo y que está dotado con 10.000 euros y la estatuilla recientemente creada por artista asturiano Jaime Herrero, ha dedicido otorgarle el galardón de este año a Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978). Esta esritora argentina, que viajó hasta Oviedo para asistir al acto de lectura del fallo, obtuvo con su primer libro 'El núcleo del disturbio' (2002), los Premios del Fondo Nacional de las Artes y el Concurso Nacional Haroldo Conti. En 2008 le otorgan el Premio Casa de las Américas por su libro de cuentos 'Pájaros en la boca' (2009), traducido a trece lenguas y publicado en más de veinte países. En 2012 obtuvo el Premio francés Juan Rulfo de cuento. Ha obtenido becas de residencias de escritura en México, Italia, China y Alemania, y actualmente reside en Berlín, donde escribe y dicta talleres literarios en español.

'Distancia de rescate' (2004), la obra por la que Samanta Schweblin se ha llevado el premio, es un libro para la reflexión, pero también con características de thriller y mucho suspense, y que se centra en la sensación de estar perdiendo a un hijo. Un relato inquietante que cuenta cómo una tranquila estancia en el campo se puede convertir en una pesadilla. Como las buenas novelas, revela una trama que va más allá de la historia que cuenta. Amanda, la narradora, agoniza en una salita de emergencias. La voz alucinada e inconsciente de David le hace preguntas. Amanda no entiende por qué se está muriendo, ni dónde está Nina, su pequeña hija. Para entender, tiene que recordar todo lo que pasó desde que llegó al campo, cuando conoció a Carla, una vecina con un hijo enfermo. Ahí comenzó la pesadilla. Mientras, narra lo que es capaz de recordar: cuándo enfermó el caballo, cuándo apareció un pájaro deforme, Amanda le explica a David que muchas veces piensa en algo que llama distancia de rescate, que es la distancia variable que la separa de Nina.

Finalmente, el ovetense Chus Fernández (Oviedo, 1974), tuvo que conformarse con los 5.000 euros del premio de consolación para el finalista. Este escritor dio el salto a las letras en 2001 ganando el Premio Asturias Joven de Narrativa con 'Los tiempos que corren,' al que le seguiría 'Defensa personal' (Premio Tiflos de Novela 2002), Paracaidistas (Ed. Trea, 2011) y Sin música, la obra con la que opta al 'Tigre Juan' 2015. Como letrista ha colaborado con 'Las Nurses', 'Pingüino' y 'No Podrás Soportarlo'. Tras una estancia de dos años en la Residencia de Estudiantes de Madrid como becario de creación, disfrutó de una beca de creación artística en Barcelona concedida por Cajastur. Es editor del fanzine 'Material de desecho' y forma parte del consejo editorial de 'Malasangre'. Por otro lado, es un autor muy seguido en nuestras bibliotecas, pues ha sido coordinador de clubes de lectura en un buen número de ellas.

En la obra que Chus Fernández presentaba al Tigre Juan, titulada 'Sin música', un niño cuyo hermano ha fallecido en un accidente años atrás, y cuya hermana se ha ido recientemente de casa, trata de escapar del derrumbe en el que están inmersos sus progenitores, no renunciando a dar cabida a todo lo que piensa y hace, es decir, no permitiendo que su vida se convierta en el desmoronamiento del que es testigo. Este desmoronamiento podría resumirse en lo que el padre le dice a un amigo: Confundimos la ambición con la codicia. Lo confundimos todo. La gracia con el humor, lo anecdótico con lo interesante, la altura con el vuelo. Y si lo confundimos es porque nos vale. Nos vale lo pequeño porque proyectamos en ello lo que de verdad necesitamos, para completarlo; y lo que más tememos, para que nos sea más fácil conformarnos. Puesto que la huida del niño de la derrota de sus mayores no es una decisión consciente, surge aquí la cuestión de si los infantes nacen solo con Eros y son los adultos quienes les inoculan el Tánatos. Por otra parte, lo que en 'Sin música' encontramos no es la habitual problemática de qué tipo de espejo son los padres para sus hijos, sino su polo opuesto y complementario: qué tipo de espejo son los niños para sus padres. El resultado de estos y otros asuntos es una novela singular y envolvente, que se debe leer con un bolígrafo o un lápiz en la mano, pues van a entrar ganas de subrayar muchos de sus pasajes.

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