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La autora María Ruisánchez sostiene un ejemplar de 'Kaos'.
«Dedicarse al arte es como participar en una carrera de fondo, duro pero hay que aguantar»

«Dedicarse al arte es como participar en una carrera de fondo, duro pero hay que aguantar»

La autora pixueta está en Asturias para presentar su tercera novela, 'Kaos'. Hoy lo hace en Oviedo y mañana en el Ateneo Jovellanos de Gijón

JESSICA M. PUGA

Jueves, 25 de mayo 2017, 00:13

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María Ruisánchez (Cudillero, 1983) acaba de publicar su tercera novela, 'Kaos' (Pez de Plata), en la que el ritmo de la reivindicación política lo marcan los artistas. Hoy, 20 horas, la presenta en el Campoamor y mañana, a las 19.30, en el Ateneo Jovellanos de Gijón con el apoyo del Aula de Cultura de EL COMERCIO. El sábado firmará libros en Luarca.

Para 'Kaos' ha elegido un escenario de actualidad, el de protesta y reivindicación política, y optado por protagonistas ligados a movimientos artísticos. ¿Cree que los artistas tienen mucho que decir?

Su elección no ha sido para nada aleatoria. Cualquier persona tiene mucho que decir en la situación actual, pero los artistas son los que pueden encauzar ese movimiento haciendo de la protesta algo hermoso. Deben movilizar a la gente, causar alguna reacción en las personas que ven su obra.

Una fragmento del libro me ha llamado particularmente la atención: «Estaba todo sin hacer y teníamos tantas ganas de hacerlo». Esto resume la génesis de la mayoría de movimientos. ¿Nos falta determinación a día de hoy para entrar en acción?

Esa frase resume el origen de los movimientos, exacto, y también la esencia de la juventud. Los personajes rondan los 20 años cuando pronuncian esa frase. La juventud es tener las ganas de hacer cosas y una vida entera para que se vayan fraguando. El 15-M supuso un despertar colectivo y, aunque ahora lo note un poco más apagado, sigue. Ahora hay muchos colectivos haciendo cosas, quizá no sea generalizado, pero sí que queda esa conciencia de que podemos cambiar las cosas y participar en política. Toda la energía de ese movimiento está en la novela de alguna manera.

Hace referencia al «terrorismo artístico», un término, 'terrorismo', a cuyo alrededor gira cada vez más miedo.

Es una palabra muy fuerte. A diario estamos viendo los estragos que provoca, pero en la novela hace referencia a un movimiento no violento, solo de protesta por medio del arte, con el que despertar un sentimiento.

A la hora de reivindicar el arte, ¿dónde establece el límite entre este y el vandalismo?

El arte tiene sentido por el mensaje y por lo estético. Si detrás hay una idea, si con él se busca conmover o generar cualquier tipo de sentimiento en la persona que lo vea, es arte; garabatear tu nombre en una pared no tiene nada de artístico para mí.

Los artistas son uno de los colectivos que lo tienen particularmente difícil cuando hay crisis y malestar social. ¿Qué postura les aconseja tomar?

No deben dejarse vencer por muy complicado que se plantee todo. Dedicarse a cualquier campo artístico es como participar en una carrera de fondo, es duro, pero hay que aguantar hasta el final, protestando a través de lo que mejor sabemos hacer. Si lo hacemos así, el mensaje llega a toda la sociedad y cala más, creo.

Su influencias incluyen 'Un mundo feliz' y '1984'. ¿Qué ha cogido de cada uno de ellos?

Son dos lecturas que me influyeron mucho en la adolescencia, supongo que están en el subconsciente, igual que lo están series como 'Black Mirror', 'Utopía' o 'Mr. Robot' y películas como 'Origen' o 'Matrix'. Cualquier historia que cuenta cómo mirar el mundo de otra manera me gusta. Todo esto está patente en 'Kaos', claro.

Tamién lo está su labor como guionista. Se percibe en los diálogos, en el planteamiento de las escenas y de los ritmos, por ejemplo.

Llevo muchos años trabajando de guionista, tengo muy metida la estructura cinematográfica: cómo hay que acabar las secuencias, los giros y demás. Escribo de una manera muy visual, tengo la impresión de que 'Kaos' estaría bien si pasara a ser una película o una serie.

Hace unos siete años, cuando publicó su primera novela, hablaba de lo complicado que era hacerse un hueco en el sector. ¿Lo confirma?

Sí, sí. Vivir solo de publicar novelas lo pueden hacer muy pocos escritores en este país, la mayoría lo tiene que combinar. Ojalá me pudieses dedicar en cuerpo y alma a escribir novelas... (Ríe).

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