Borrar
El artista gijonés Jaime Herrero fue uno de los lectores de poemas en la sesión de la tarde. MARIO ROJAS
El Salón de Té del Campoamor se quedó pequeño por la tarde

El Salón de Té del Campoamor se quedó pequeño por la tarde

ALBERTO PIQUERO

OVIEDO.

Sábado, 13 de enero 2018, 00:05

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El acto vespertino del tributo recordatorio que ayer se brindó al poeta Ángel González en el décimo aniversario de que abandonara este 'áspero mundo' -como tituló uno de sus poemarios-, transcurrió en un abarrotado Salón de Té del Teatro Campoamor, que no pudo acoger a una concurrencia que rebasó ampliamente la capacidad del espacio.Hubo algunas protestas en el comienzo de la sesión y las disculpas pertinentes, ofrecidas por el concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, en la clausura de la velada, quien asimismo comentó de nuevo la reapertura del expediente que en el Consistorio se ha aprobado para nombrar al autor de 'Palabra sobre palabra' Hijo Predilecto de Oviedo, al tiempo que invitaba a continuar el homenaje dentro de unos meses, bajo los auspicios de la Cátedra Ángel González, dirigida por Araceli Iravedra, que prepara un congreso.

Las lecturas de algunos de sus poemas fueron iniciadas por el alcalde del Ayuntamiento de Oviedo, Wenceslao López, recorriendo los versos de 'Muerte en el olvido': «Yo sé que existo/ porque tú me imaginas...».

Tras los turnos institucionales, en los que participaron, entre otros, el consejero de Educación y Cultura, Genaro Alonso; el rector de la Universidad, Santiago García Granda y la directora de la Cátedra Alarcos, Josefina Martínez, fueron los poetas quienes rindieron su voz al maestro, Aurelio González Ovies, Ángeles Carbajal, Javier Almuzara y Rocío Acebal. El pintor gijonés Jaime Herrero ofreció con 'Mientras tú existas', uno de los momentos emotivos del encuentro: «...bajo ese amor que crece y no se /muere...».

Hubo también tribuna para los clubes de lectura de las bibliotecas José María Laso, Villa Magdalena, San Lázaro y Ciudad Naranco, cuyos representantes encontraron timbre muy ajustado en sus declamaciones poéticas.

La despedida corrió a cargo del presidente de Tribuna Ciudadana, Alfonso Toribio, que evocó épocas al lado de Ángel González e incluso regaló mediante una grabación un fragmento del tango predilecto del poeta, 'Una luz de almacén', cantado por Edmundo Rivero.

Los editores de Maremágnum, que ponían a disposición del público su reciente publicación de 'La luz a ti debida, diez años sin Ángel', vendieron setenta ejemplares. Las infinitas minorías, que dijo Juan Ramón Jiménez.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios