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PACHÉ MERAYO
Jueves, 2 de octubre 2014, 00:22
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Entre las cuerdas del violín de Pedro Ordieres, el arco de la viola de Steven Wright y la apasionada cercanía de las órdenes de Rossen Milanov, enarbolando la batuta o pidiendo «una noche de verano», que refresque la «dulzura de Mendelssohn», lejos «de Shostakóvich» y clavar así un allegro molto vivace de Chaikovski, la música de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) se convierte en un extraordinario abrazo. Un abrazo que ayer hizo posible el maestro Milanov al envolver con las notas del compositor de San Petersburgo la presentación en Oviedo de la nueva temporada de la formación que dirige y con la que invita a «realizar un viaje musical, intelectual y por encima de todo, emocional». Un viaje al que quisiera ver sumada «a toda la sociedad asturiana» y que comienza hoy mismo, a las 20 horas, en el Teatro Jovellanos, precisamente con la Sinfonía nº2 de Chaikovski. También sonarán en Gijón el 'Idomeneo', de Mozart, y el 'Concierto para piano', de Edvard Greig. Mañana la parada será en el Auditorio de Oviedo, a la misma hora. El viaje culminará en junio de 2015.
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