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The Jayhawks arrancaron su concierto anunciando que iban a hacer que el público les amara. Lo lograron con creces.
Una velada memorable

Una velada memorable

La combinación de The Ships y The Jayhawks propició una noche para recordar

PELAYO PASTOR

Lunes, 20 de abril 2015, 00:25

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Se notaba, en las conversaciones que mantenías en los días previos con algunos gijoneses melómanos, que el concierto del sábado en el Albéniz había despertado bastante expectación. El festival Gijón Sound ha movilizado a muchos amantes de la música de nuestra región, pero también ha traído aficionados de fuera. Y ese poder de convocatoria lo tiene, sin duda, el conjunto del cartel, pero hay grupos con más poder de atracción que otros, y The Jayhawks es uno de los que actuó como un imán.

Por eso no es de extrañar que a las nueve del sábado se formase una pequeña cola a la puerta de la sala en la que había cierta tensión: «¡No hay entradas, dicen!», «¡Cómo no va a haber!». Y sí había entradas, pero pocas.

Mientras, dentro, abrían el concierto The Ships, el grupo powerpopero de Paco Loco, Juan Ewan (de El Sueño de Morfeo) y Dani Llamas. Y los tres, guitarra en ristre -que Paco cambió en ocasiones por el teclado- se hicieron acompañar de una fabulosa sección rítmica: qué buenos los coros del bajista y qué poderosa pegada y eficacia la del batería. The Ships son medio asturianos y medio gaditanos y hacen un pop que se basa en las melodías luminosas y en las potentes guitarras, y que tiene entre sus referentes tanto a grupos tan melódicos como los propios The Jayhawks -confesaron que era un honor para ellos compartir escenario con una de sus bandas favoritas-, así como otros más contundentes como Red Kross o The Posies. Y lo cierto es que su directo no tiene nada que envidiar a sus fuentes. Verles y escucharles ayer fue como ver a The Posies en el año 1995 en la sala La Real (hoy, la Acapulco): un auténtico trueno. Buen sonido, buenas canciones, estupenda voz de Dani Llamas..., y Paco, como siempre, desatado, acoplando sus guitarras y abalanzándose sobre el teclado. Los presentes fuimos pasando de la expectación a la entrega, y cuando terminaron sus cuarenta y cinco minutos de actuación muchos pensaron que The Jayhawks, tras esta tremenda descarga sónica, lo iban a tener complicado.

Pero veinte minutos después, y con la sala ya repleta, aparecieron los de Minneapolis y se arrancaron con su 'I'm Gonna Make You Love Me', que sonó a advertencia, porque a lo largo de los veinte temas que interpretaron el público fue queriéndoles con cada canción un poco más. Limpios, suaves, con esos coros cristalinos y perfectamente armonizados y ese sonido tan logrado en el que se distingue perfectamente lo que está haciendo cada instrumento, sus pegadizas melodías brillaron y conquistaron. Temas como 'Save It For A Rainy Day', 'Blue' o 'Bad Time' fueron coreados por gran parte del público. Y si lo musical no bastase, Louris, además, se fue metiendo al público en el bolsillo entre tema y tema. Y el hecho de que Paco Loco, íntimo amigo de Louris, subiese a tocar dos temas con ellos fue el regalo que muchos esperaban. Tras hora y media de actuación, bises incluidos, fue la 'dylaniana' y melancólica 'Tailspin' la que cerró una maravillosa noche de rock en el Albéniz.

The Jayhawks y The Ships, y la combinación de ambos en un mismo bolo, convirtieron el concierto del sábado en una velada que muchos melómanos recordarán durante largo tiempo.

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