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Carlos Jean repite por tercer año en la Semana Negra.
«En la música hay que jugársela»

«En la música hay que jugársela»

pone música esta noche a la Semana. Antes, responde a los lectores en el videochat de EL COMERCIO

Elena Rodríguez

Jueves, 16 de julio 2015, 00:17

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Es ya una tradición», dice Carlos Jean al otro lado del teléfono. El polifacético artista (músico, productor, re-mezclador, dj y cantante) regresa hoy a la Semana Negra por tercer año consecutivo en colaboración con Coca Cola. Se subirá al escenario a las 22.30 horas con temas propios, de otros artistas y bootlegs, la creación de canciones en ese mismo instante a partir de una voz. «Irá en paralelo a lo que esté pasando. Eso es el directo puro», señala Jean, ferrolano del 73 con raíces haitianas. Sumergido en la preparación de su concierto con Nawja Nimri en Madrid (el día 29 de este mes) tras siete años de pausa de su grupo Nawjajean, promete una «tormenta electrónica» a un público que es «pura energía». Antes, esta misma mañana, a las 11.30 horas, estará en el videochat de ELCOMERCIO.es, a donde los lectores pueden enviar sus preguntas.

La electrónica no es solo dance y sin embargo...

Si la gente piensa así es porque no conoce el concepto de música electrónica. Es mucho más amplia. Hay un montón de grupos, de tendencias que no estamos acostumbrados a escuchar y que están en la zona electrónica. Kraftwerk, en Alemania, por ejemplo. Hay muchos estilos. Y Nawjajean no tiene que ver con nada. Estoy orgulloso de juntarme con Nawja y darle la vuelta a todo. Cuando hago lo mismo que los demás, no me gusta tanto. Lo más importante para un artista es tener lenguaje propio.

¿Falta originalidad?

Lo que ocurre es que se consume un concepto muy claro de música electrónica. Molaría escuchar cosas más originales. En mi caso, me gusta sumergirme, buscar y encontrar. Eso te da personalidad, hablar de cosas distintas.

Afirma que a los artistas de este país les da miedo arriesgar con la música electrónica.

Sí hay una separación de poderes muy grande entre un dj y un artista. Los artistas que llevan toda la vida han roneado poco con la electrónica. En cambio, fuera, los Rolling, Coldplay..., sí lo han hecho. Casi todos los grupos que conozco han tenido un guiño con bases electrónicas. Sin embargo, aquí no. Aquí hay una tendencia, un lenguaje basado en bajo-batería-guitarra-voz. Es complicado investigar cuando tienes un sonido muy marcado. Soy de los que creen que hay que jugársela. La música merece respeto.

Es partidario de emprender otros caminos.

Muchas veces los músicos nos quejamos de cómo van las cosas, pero somos quienes tenemos que forzarnos a darle al público algo distinto. A generarle ambición, ganas por la música, a despertar inquietud. Yo casi siempre me peleo, en plan bien (ríe), con los músicos con los que trabajo. No me gusta la zona de confort.

Con Plan B de Ballantines, con Coca-Cola Experience y su propia compañía ha abierto nuevos horizontes para encauzar el talento a través de internet.

Es fruto de la inquietud cuando a la industria musical le va mal. Intentas ayudar a solucionarlo. No me gusta ir a manifestaciones, sino procurar echar una mano para resolver los problemas. Es más a la japonesa: cuando quieres protestar por algo, ponerse a trabajar para lograr algo distinto. No quiere decir que vayas a salvar la música, pero ofreces algo distinto. Hay muy poco respeto por la música.

Eso le preocupa.

Los culpables son este Gobierno y los anteriores. Han jugado con la Educación y tiene que ser intocable. Es uno de los problemas más graves que tenemos en este país y es de lo que menos se habla. El año que viene se elimina la música en el sistema educativo, cuando estimula la creatividad, emprender... Como padre me indigna que no estudien música, porque la música no solo es para hacer canciones, sino para hacer mejor a las personas. Y falta respeto porque a la gente no se le ha educado en ese valor. En el Norte de Europa han cambiado las leyes para que haya más clases de música. Porque es una asignatura completa: favorece la atención, el trabajo grupal, la concentración, la comprensión, tiene una parte matemática... Tiene muchos valores. Eliminarla es un atentado gravísimo.

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