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El dúo sevillano, sobre el escenario del Palacio de Deportes de Gijón.
Locura por partida doble

Locura por partida doble

IVÁN AVELLO

Miércoles, 5 de agosto 2015, 00:18

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Cuando ayer sonaron los primeros acordes de 'Tu primera vez', la multitud congregada en el Palacio de Deportes de Gijón enloqueció. No era para menos, algunas de las presentes -la mayoría eran chicas- llevaban acampadas durante días en el exterior del recinto haciendo frente a las inclemencias del tiempo con un único fin: ver a sus ídolos, los Gemeliers, desde la primera fila. En su aventura adolescente no importaron ni las pocas horas de sueño, ni las ganas de comer, ni tampoco la larga espera a la vera del Piles. Todo valía con el fin de poder escucharlos durante la algo menos de hora y media que duró el concierto.

«Teníamos ganas de estar aquí, porque compartimos apellido con una ciudad asturiana», dijeron al público nada más pisar el escenario, algo después de las 20.30 horas. Y otra vez gritos y lloros. «Queremos ver a los Gemeliers», se escuchaba constantemente desde las primeras filas. Y, como si de un eco se tratara, también en las últimas. Y en medio de toda esa maraña de sentimientos, los hermanos -de pantalón y camiseta blancos, aunque uno con chaqueta azul y el otro con chaqueta roja, que se quitaron después para cubrirse con dos banderas de Asturias- se movieron en el escenario -que tenía un sofá- interpretando los grandes éxitos que les han convertido en el fenómeno de masas adolescente que son: desde 'No hay nadie como tú' a 'Eres el juego', pasando por 'Brujita' o el 'No me doy por vencido' de Luis Fonsi, con el que se dieron a conocer en su

primera actuación en el programa 'La Voz Kids', hace ahora ya más de un año. Pero, sin lugar a duda, el momento cumbre de la noche tuvo lugar cuando los hermanos eligieron a dos chicas de entre la multitud, Vanesa y Elisa, para interpretar al unísono la canción 'Mi única verdad', ante los lloros de estas y la envidia de todas las demás. Y, a partir de ahí, el final del recital estaba cada vez más cerca, y las 'gemeliers' -así se conoce también a sus fans-, atacadas.

Al final, la noche resultó redonda. Los sevillanos, contentos y orgullosos de su actuación ante el público gijonés, y sus seguidoras, más. «Muchísimas gracias, princesas, nos vemos muy pronto», les dijeron antes de abandonar el escenario, mientras que el público rogaba una canción más. Y es que como aseguraron en una entrevista publicada la pasada semana en EL COMERCIO, lo que buscaban en el concierto era que estuviera «lleno de niñas y de gente que se lo quiera pasar bien». Sus deseos fueron órdenes para las 2.570 personas que se acercaron hasta el Palacio de Deportes y se dispusieron a disfrutar del espectáculo. «Ha sido el mejor concierto de mi vida», reconocía entre sollozos la gijonesa Marina González, de 15 años, que estaba acompañada por dos primas y su madre, María del Carmen Pérez. Esta última se explicaba: «Esta es una de esas locuras que solo haces cuando eres joven. Es algo que hay que ver». Y es que, al fin y al cabo, la locura, como la fe, mueve montañas.

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