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Stuart Skelton, durante los ensayos.
La cara humana de los dioses wagnerianos

La cara humana de los dioses wagnerianos

El Teatro Campoamor levanta el telón de una de las principales obras del compositor de Leipzig, cuyo libreto también firmó

RAMÓN AVELLO

Domingo, 6 de septiembre 2015, 00:25

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La tetralogía 'El anillo del nibelungo' se puede considerar como una cosmovisión mítica de la historia de la humanidad, condensada en un conjunto de cuatro óperas -Wagner diría «dramas musicales»- y cuya representación seguida duraría unas dieciséis horas. La voluntad de poder, el amor como fuerza generadora, las leyes y los pactos que obligan y al final condenan hasta los propios dioses, la desobediencia, la compasión o la ambición como pecado original de la humanidad, son algunos de los elementos de una cosmología muy particular que suscitó diferentes interpretaciones. En un plano dramático más concreto, la tetralogía es la explicación que Wagner hizo a 'La muerte de Sigfrido'. Para que se comprendiese 'El ocaso de los dioses', primera de las obras de la tetralogía que esbozó el poeta compositor, Wagner se vio en la necesidad de retrotraerse a los orígenes, creando una obra monumental en un prólogo - 'El Oro del Rhin'-, y tres jornadas, 'La Valkiria', 'Sigfrido', y 'El ocaso de los dioses'.

A TENER EN CUENTA

  • Primera Jornada

  • Wagner divide 'El anillo del nibelungo' en un prólogo y tres jornadas. La primera jornada, segunda de las óperas de la Tetralogía, es 'La Valkiria', la ópera en donde se sella definitivamente la tragedia de Wotan.

  • Bloques sinfónico corales

  • Cada uno de los tres actos de 'La Valkiria' son grandiosos frescos sinfónico corales, precedidos por un preludio sinfónico. El del primer acto posee un carácter programático que describe la tormenta. El tercero es la famosa 'Cabalgata de las Valkirias', con un desarrollo de la sección de los metales insólita.

  • Motivos conductores

  • La trama teatral se estructura sobre los leitmotivs, pequeños motivos melódicos que simbolizan a un personaje, una idea, un sentimiento o una pasión y que con sus repeticiones y variaciones articulan unen el drama.

Hace dos años, en Oviedo se representó 'El Oro del Rhin', la obra que explica el nacimiento del mundo a partir de la naturaleza incontaminada de las aguas del río. Siguiendo la misma estela de aquel 'Oro', los días 10, 13, 16 y 19 de septiembre, a las 19 horas a excepción del domingo 13, que será a las 18 horas, se representará en el Teatro Campoamor 'La Valkiria', la ópera que continúa en la tetralogía al 'Oro del Rhin'. Tanto en las líneas generales musicales y escénicas, la temporada ovetense busca esa continuidad. Así, en la concepción escénica estará de nuevo el director polaco Michal Znaniecki, introductor en el Campoamor del mapping que convierte el escenario en un imaginativo visual universo wagneriano. Al frente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias vuelve el director Guillermo García Calvo. En Oviedo es recordado por su fantástica versión de 'Tristán e Isolda', y de 'El anillo del nibelungo'. Como cantantes protagonistas, nos volvemos a encontrar con el recio barítono islandés Tómas Tómasson en el papel de Wotan. Stuart Skelton, el frustrado Sansón de la última temporada y excelente Peter Grimes hace tres, interpretará a Sigmundo. La soprano Elisabete Matos, que protagonizó en Oviedo el último 'Turandot' y de la que recordamos con admiración su excelente Isolda interpretará a Brunilda, un papel escrito a su medida. El barítono bajo Liang Li (Hunding), Nicola Beller Carbone (Silinga), Michelle Breedt (Fricka) serán los otros protagonistas de la ópera.

'La Valkiria' es la ópera que parte de la necesidad de Wotan para recuperar el anillo del nibelungo y que el oro vuelva al Rhin. El Zeus de la mitología germánica desea que un héroe, engendrado de los amores incestuosos de sus hijos, Sigmundo y Siglinda, cumpla esta misión. La ópera se compone de tres actos, y cada uno forma un gran bloque sinfónico dramático. Cada acto se abre con un preludio, que introduce la primera escena. En el primer acto, transcurren los amores de Sigmundo y Siglinda en las escenas más apasionadas y líricas de la tetralogía. En el acto segundo, Wotan observa desde el Walhalla, el amor de los hermanos. Al dios le acompañan las valquirias, mensajeras de Wotan que escoltan a los héroes caídos en campos de batalla al Walhalla. Los dioses deciden castigar a la pareja incestuosa y adúltera y envían a Brunilda, la valquiria predilecta de Wotan. Ésta le desobedece, intenta inútilmente proteger a Sigmundo, provocando la ira de Wotan. En el tercer acto, Brunilda busca refugio entre las valquirias.

Esconde a Siglinda, embarazada de Sigmundo, en el bosque y tras intentar vanamente ocultarse de Wotan entre sus hermanas las valquirias es expulsada del Walhalla y despojada de su divinidad. Wotan olvida la venganza y la sumerge en un sueño profundo, rodeado de un mar de fuego, al igual que sucede con 'La bella durmiente'.

Más allá de la complejidad mitológica y de las connotaciones simbólicas, 'La Valquiria' es una creación de una gran belleza musical. El dúo de amor (Canción de primavera): 'Se fueron las tormentas de invierno', el anuncio de la muerte de Sigmundo, la sentida despedida de Wotan, el dios que se declara «preso y esclavo de las ataduras» de Brunilda junto con los preludios de los actos son algunos de los momentos musicales más inspirados de esta primera jornada de 'El anillo del nibelungo'.

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