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Urgente «Cuando llegué abajo y vi las llamas, se me vino el mundo encima»
El músico libanés Ara Malikian.
«La competencia es maravillosa, la gente tiene más opciones»

«La competencia es maravillosa, la gente tiene más opciones»

El músico libanés actúa el sábado en el Palacio de Deportes de Gijón para presentar su nuevo show, 'La increíble gira de Violín'. El mismo día, Ricky Martin estará en la Laboral

JESSICA M. PUGA

Martes, 30 de mayo 2017, 00:10

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Ara Malikian (Beirut, 1968) vuelve a Asturias con nuevo show tras pasarse los dos últimos años girando con '15'. En 'La increíble gira de Violín' suenan tanto Bach y Mozart como Bowie y Led Zeppelin. El público asturiano lo verá en plenitud en el concierto que ofrecerá el sábado, a las 21.30 horas, en el Palacio de Deportes. Muy cerquita estará Ricky Martin.

La historia del violín que viene a contar a Gijón es, al final, la suya.

Puede ser, sí. El nuevo espectáculo parte del último álbum, el primero en el que todos los temas son propios. En ellos recreo el camino de este violín, que no es ningún stradivarius, pero es peculiar y ha tenido una vida muy importante. El programa del concierto incluye tanto lo clásico, Bach, Mozart o Paganini, como el presente, David Bowie o Led Zeppelin.

Tras dos años girando con '15', ¿no le apetecía descansar?

No, lo mío es tocar, necesitaba seguir. Estamos en una época de crecer en el extranjero, por eso en este nuevo proyecto visitaremos Rusia, Inglaterra, Francia y, el año que viene, China. La gira durará tres años.

Hace justo tres años estuvo en Oviedo inaugurando los cursos de verano de la Escuela Internacional de Música de la Fundación Princesa. Este año lo hace otro violinista, Paco Montalvo. ¿Le conoce?

No, la verdad. Creo que se dedica al flamenco, pero no lo conozco.

¿La música clásica en España goza de buena salud hoy en día?

Mientras haya jóvenes que hagan música, tendrá buena salud. Hay que luchar para involucrarlos en la música, que tengan fácil acceso en los colegios y que estudiarla no sea tan costoso. En los últimos años hubo un retroceso, pero el nivel de España en cuanto a captación de jóvenes y consumo de cultura no puede envidiar al de otros países.

¿España está al nivel, por ejemplo, de centroeuropa?

En España hay grandes músicos y ciclos de conciertos; que haya visto cómo disminuye el público no es cosa de aquí, sino algo mundial. La cuestión está en que no se han preocupado de rejuvenecer al público. Ahora se nota porque, durante años, antes de que empezara la crisis, la música clásica podía existir gracias a las subvenciones... En cambio la moderna no las necesita.

El debate en la enseñanza obligatoria incluye si se debería restar tiempo a la música para dárselo a lengua o matemáticas. ¿Qué le parece?

Un gran error. Está comprobado el valor de la música en el desarrollo del cerebro del niño. Si la estudia luego será más sensible y rápido.

¿Qué solución plantearía?

No pretendo solucionarlo. He vivido de la música clásica hasta que vi que ese no era mi mundo. Ahora tengo la suerte de tener mi público y actuar donde quiero y no tener que esperar con los brazos cruzados a que me contrate una orquesta.

¿Le fue complicado romper y arriesgar con un género tan inmutable como el clásico?

Mi intención nunca fue romper, sigo considerándome clásico. Si tu objetivo es romper, no eres convincente, lo importante es creer en lo que haces. La clásica es muy bella, pero también existen otras músicas muy bellas, artistas del rock o del pop que bien podrían ser los Mozart y Beethoven del siglo XXI.

Su concierto en Gijón coincide en fecha con el de Ricky Martin. ¿Habrá competencia?

Me imagino que sí, no lo sé. Yo tengo la gran fortuna de que a mis conciertos viene gente de todos los gustos. La competencia es maravillosa, quiere decir que la gente tiene varias opciones para ver arte y cultura.

Usted nació en un país en guerra, en el Líbano, donde las posibilidades de la cultura no abundaban. ¿Cómo un niño descubre el violín en esa situación?

A pesar de tener la guerra, en el Líbano teníamos muchas ganas de alegría, de vivir y de disfrutar. Me acuerdo que cuando había un poco de tregua entre bombardeo y bombardeo nos inventábamos una vida social y artística para parecer más felices. No había muchas posibilidades ni venían los grandes artistas de Europa, pero sí se hacían cosas. Yo ofrecí mi primer concierto a los 12 años en este contexto. En estas circunstancias es cuando más echamos el arte de menos, en España no somos tan conscientes de ello.

¿Porque no lo valoramos?

No sé si es eso porque yo aquí como artista me siento valorado y eso es maravilloso. Es un lujo poder crear y vivir de ello, eso en el Líbano era más difícil.

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