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España consigue la medalla de oro en tiro con arco por equipos. Efe
El milagro del arco y las flechas
Especial 25 aniversario

El milagro del arco y las flechas

El equipo formado por Holgado, Vázquez y Menéndez logró el único oro para España en la historia de este deporte

Jesús Martínez Teja

Santander

Viernes, 4 de agosto 2017, 01:52

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Y, entonces, Antonio Vázquez, asturiano de la pequeña localidad de Levinco, se aisló del mundo. Solamente disponía de cuarenta segundos para lanzar tres flechas, las últimas. «Vivo cada momento cerrando los ojos. Cada vez que veo el vídeo de la final contra Finlandia, me emociono», declararía años más tarde. Su grado de concentración era tan alto en ese momento decisivo que no parecía consciente de lo que ocurría alrededor. No veía la tensión de sus compañeros ni la expectación del público, y ni siquiera parecía pesarle la responsabilidad de dar a España un oro olímpico en tiro con arco. Como Severiano Ballesteros en los torneos más importantes de golf, Vázquez, que con treinta y un años era el veterano de la selección, había contratado a un sofrólogo -un especialista en métodos de relajación- para tratar de controlar los nervios. No quiso saber qué puntuación necesitaba para ganar. Levantó el arco, miró a la diana, tensó la cuerda y disparó. Una vez, otra vez, otra vez. Nueve, nueve, nueve. Le sobraron dos puntos (España, 238; Finlandia, 236). El equipo masculino de tiro con arco acababa de hacer historia tras una tirada antológica. Juan Carlos Holgado, 24 años, extremeño nacido en la localidad alemana de Dierdorf, y Alfonso Menéndez, 26 años, asturiano de Avilés, corrieron a abrazarlo. Vázquez no podía creérselo.

Porque el éxito del equipo español de tiro con arco no puede calificarse de hazaña ni de sorpresa, aunque también, sino de milagro. Nunca antes había logrado medalla en Juegos anteriores ni volvería a conseguirlo después. En las instalaciones de Vall d'Hebron, donde fueron pasando eliminatorias contra pronóstico hasta derrotar en la final a Finlandia, hicieron un papel discreto en la clasificación individual. Vázquez ocupó el puesto 28, Menéndez el 42 y Holgado el 46. España no figura hoy en la élite de este deporte, menos aún lo estaba en los años 90 y la fortaleza sólo la daba el grupo. El inesperado éxito de Barcelona, según sus protagonistas, se fundamentó en el trabajo -entre ocho y diez horas diarias durante años tirando más de cuatrocientas flechas en cada jornada-, la adecuada planificación, la contratación de uno de los mejores técnicos del mundo, la ilusión, la magia y la suerte. Holgado, quien siguió ligado a este deporte a través del Centro Mundial de Tiro con Arco con sede en Lausana, señala que «pese a que los tres éramos muy diferentes, nos coordinamos gracias a la mentalidad que nos inculcó el seleccionador, Víctor Sidoruk, con su disciplina soviética».

España apenas contaba a pesar de que ese mismo año fue segunda en el Torneo de las Naciones, por detrás de la poderosa Corea del Sur. «No éramos los favoritos en Barcelona, pero sabíamos que teníamos posibilidades por equipos», recuerda Vázquez, quien ya había participado en dos olimpíadas anteriores, las de Moscú y Seúl, con pobres clasificaciones, y se retiró en Atlanta. Después de ejercer durante un tiempo como segundo entrenador en la Federación Española, encontró trabajo en Ibiza en una empresa de rotulación y siguió compitiendo y entrenando. Ahora, cumplidos los 56 años, practica otros deportes, principalmente la carrera a pie y el ciclismo, se dedica a viajar y vive en Begues, en el Bajo Llobregat.

Para Menéndez, cuya participación en Barcelona fue la única en Juegos Olímpicos, «mereció la pena los diez años que estuve enclaustrado en la Residencia Blume, entrenando de ocho a diez horas diarias. Sólo tenía un día de descanso a la semana». Tres años más tarde «cerré el maletín con el arco dentro y allí se quedó. No lo he vuelto a coger, y no lo echo de menos». Menéndez, después de unos años en el Consejo Superior de Deportes en la etapa de Cortés Elvira, se dedicó a la gerencia deportiva.

Juan Carlos Holgado, el benjamín del equipo, quien tuvo también la ayuda de un sofrólogo -«entrenador en el aspecto mental» lo llama- estuvo en dos Juegos, los de Seúl 88 y Barcelona. Después de su retirada fue nombrado director de eventos de la Federación Internacional de Tiro con Arco para iniciar el proyecto de la Copa del Mundo. Posteriormente, fue designado por World Archery como Delegado Técnico para los Juegos de Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016. También ayuda «a arqueros y entrenadores de diferentes niveles cada vez que me lo solicitan».

El recuerdo de Barcelona'92 es imborrable. Holgado, Menéndez y Vázquez escribieron una página brillante e inédita en el tiro con arco español que no ha vuelto a repetirse. «Fue algo indescriptible. Fueron muchas emociones», resume Vázquez, el héroe de la final, cuya medalla de oro colgó en la casa de sus padres.

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