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Gijón
Martes, 5 de diciembre 2017, 10:12
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Ocurrió durante la 94ª edición de la que es la carrera de larga distancia más antigua de Europa: la Maratón de la Paz de Kosice, en Eslovaquia. Durante dicha prueba -celebrada el pasado mes de octubre- el keniata Reuben Kerio se impuso con un tiempo de 2:08:12, registrando así la segunda mejor marca histórica tan solo por detrás de su compatriota Lawrence Kimaiyo. Sin embargo, ese día la atención mediática se la llevó otro participante. El décimo clasificado, Jozef Urban. La anécdota que protagonizó es la pesadilla de cualquier corrador.
Urban tuvo un sonado percance con su pantalón. Se le rompió y, como consecuencia, el atleta eslovaco recorrió el último kilómetro antes de cruzar la línea de meta con los genitales al aire. Pudo haberse detenido. Pero no lo hizo. En su lugar, el deportista aguantó el tirón y su recompensa fue mejorar su marca respecto a ediciones anteriores a pesar del episodio bochornoso. Jozaf completó el trazado en 2 horas, 21 minutos y 51 segundos, mejorando en 27 segundos su registro personal.
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