La NBA tiende la mano a Cuba

Una decena de destacados exjugadores, entrenadores y preparadores físicos de la NBA compartieron durante cuatro días sus conocimientos con deportistas de la canasta en Cuba y se convirtieron en la primera liga estadounidense en visitar oficialmente la isla comunista, tras el acercamiento iniciado el 17 de diciembre por Obama y Raúl Castro.

Después ese día todo lo relacionado con Cuba y Estados Unidos adquiere carácter de «histórico», como dijo el reciente miembro del Salón de la Fama Dikembe Mutombo, una de las 'leyendas' del basket presentes en la isla. Al inaugurar los inéditos talleres para entrenadores y jóvenes promesas seleccionadas por la Federación Cubana, Mutombo también afirmó que el «baloncesto es un puente que puede unir personas y culturas, por eso estoy muy contento de estar aquí».

Durante la estancia se impartieron conferencias sobre medicina deportiva, clases magistrales con jugadores infantiles y se inauguraron tres canchas remodeladas con ayuda de la NBA. Asimismo, apoyados por la FIBA y la Federación Cubana de Baloncesto, pusieron en marcha un «campamento de desarrollo» en La Habana como parte del proyecto «Baloncesto sin fronteras».

Además de Mutombo, figuraron en la delegación de deportistas el canadiense Steve Nash, recién retirado y dos veces Jugador Más Valioso de la NBA; la exjugadora Ticha Penicheiro elegida cuatro veces All-Star en la versión femenina de la NBA, y entrenadores como Quin Snyder, del Jazz de Utah, y James Borrego, del Magic de Orlando. Todos ellos se enfundaron en su ropa deportiva al poco de aterrizar para entrenar y disfrutar con las promesas cubanas de la especialidad. Después hubo un receso para la ceremonia de inauguración oficial del 'clínic' que se realizó en el Aula Magna de la Universidad de la Ciencias de la Cultura Física y el Deporte.

El salón estaba repleto de jóvenes, glorias deportivas cubanas como Javier Sotomayor -plusmarquista mundial de salto de altura- y aficionados que no querían perderse la oportunidad de ver a los astros de la NBA en una jornada histórica para los habitantes de la isla.

Como en los mejores eventos deportivos, primero se escucharon los himnos de Cuba y EE UU y después tomó la palabra el congolés Mutombo, quien aprovechó el momento para recordar que «el baloncesto «no tiene fronteras, te enseña el respeto, disciplina y te ayuda a mejorar».

Nash, por su parte, señaló que esos eventos ayudan al desarrollo del baloncesto cubano. «Hoy (Cuba) tiene un gran programa de baloncesto, pero es tiempo de que tenga mucha más ayuda para continuar creciendo».

Los astros coincidieron en que los jugadores cubanos necesitan mejorar y para ello les vendría muy bien «más exposición al mundo que existe fuera, al mundo profesional. A medida en que se desarrollen podrán tener oportunidades reales de entrar a elencos de la NBA u otras ligas similares».

Por su parte, Alberto García, de la FIBA, anunció que del taller saldrán elegidos dos jugadores cubanos para participar en un campamento a celebrarse en agosto en República Dominicana. Ambas organizaciones han organizado una decena de esos encuentros en Latinoamérica.

Para los deportistas cubanos, la presencia de la NBA en la isla «es lo máximo», según dijo a este diario Avelis Rober, entrenadora del equipo de alto rendimiento de Santiago de Cuba. «Nunca pensamos poder estar tan cerca de jugadores de baloncesto del máximo nivel en el mundo», agregó.

Pero durante estos cuatro días, sobre las palabras predominó el juego. Los deportistas cubanos elegidos sudaron la camiseta de la NBA-obsequio de los invitados- mientras driblaban, encestaban y atendían las explicaciones de sus ídolos, en un encuentro para la historia.