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VÍCTOR M. ROBLEDO
Domingo, 2 de abril 2017, 01:00
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La afición del Gijón Basket se debatía entre los nervios y la desesperación cuando Sam Prescott, alero del Ciudad de Ponferrada, se situaba sobre la línea de tiros libres a seis segundos del final del partido. Los locales fueron todo el encuentro por delante, con ventajas que llegaron hasta los 13 puntos, pero los nervios en forma de imprecisiones les jugaron una mala pasada en la recta final y vieron cómo los bercianos se ponían por delante por primera vez en el marcador con el acierto del norteamericano en el primer lanzamiento: 73-74.
La película hasta entonces había sido otra muy distinta. El Gijón Basket, como en todas sus buenas actuaciones de la temporada, basó su fortaleza en la intensidad defensiva más que en el desenfreno anotador y regaló momentos de buen juego liderado por Brian Stone.El pívot estadounidente firmó una primera parte sobresaliente, con 20 puntos y 12 rebotes. Al descanso se llegó con 41-30 para los rojiblancos.
Stone no salió tan afinado tras el paso por los vestuarios, todo lo contrario que los dos extranjeros del Ciudad de Ponferrada, Sam Prescott y James Cambronne. Pese a que el Gijón Basket mantuvo diferencias de entre ocho y diez puntos, los bercianos culminaron con el tiro libre de Prescott una remontada que se veía venir en el último cuarto por la tendencia de uno y otro equipo. En su segundo tiro, el norteamericano lanzó a fallar, pero el Gijón Basket supo armar un rápido contraataque. Moro penetró entre tres rivales y dejó una bandeja que hizo estallar al mismo público que seis segundos antes se desesperaba al ver cómo se escapaba una victoria clave en su lucha por la permanencia.
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