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Gustavo Ayón (d), ante Xavi Rabaseda (i).
El Real Madrid se toma tres Copas seguidas
copa del rey | final

El Real Madrid se toma tres Copas seguidas

En otra demostración de carácter y oficio y capacidad para sufrir, los blancos derrotan al infatigable Gran Canaria y superan un enorme desafío

Amador Gómez

Domingo, 21 de febrero 2016, 01:13

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El Real Madrid volvió a engrandecerse al superar este domingo, con sufrimiento, otro enorme desafío, con la conquista de su tercera Copa consecutiva 41 años después de encadenar seis entre 1970 y 1975. Abonado al torneo copero, el Madrid de Pablo Laso se ha proclamado campeón en cuatro de las cinco últimas ediciones, lo que le convierte también en el primer equipo que acumula tres éxitos seguidos en la historia de la ACB, cuando la corona se ha decidido en fases finales.

Un reto cumplido pues con doble premio para un Real Madrid que, pese a sus dudas de esta temporada, se crece y no deja de pelear por dar lo mejor de sí cuando están en juego los títulos. Este domingo lo consiguió también en su ciudad talismán, donde ha ganado las cuatro Copas que se han disputado en La Coruña y donde se ha mostrado como el conjunto más sólido, efectivo y experto, con otra demostración de carácter y oficio y capacidad para sufrir frente al infatigable Gran Ganaria.

Con su Copa número 26, los madridistas ya aventajan en tres al Barça, que ha cedido al eterno rival la hegemonía en esta competición en la que los blancos han vuelto a mostrar su poderío físico y mental y también su veteranía. A falta de mayor fluidez desde el exterior (8 triples de 23 intentos, repartidos entre Maciulis, Carroll, Rivers y Sergio Rodríguez), también exhibió el Madrid ante un rival muy duro potencial interior. Gustavo Ayón, elegido MVP, Felipe Reyes, ya máximo anotador en la historia de la Copa, y Andrés Nocioni, otro espíritu incombustible, dieron al campeón 34 puntos 19 rebotes, para dominar una faceta que resultó clave en la resolución del título. Igual que la fortaleza psicológica y de sacrificio defensivo de un Real Madrid que, ante un valiente adversario, sólo tuvo al final un par de minutos de desatención y falta de intensidad (de 70-82 a 81-83) que pudieron complicarle la vida.

Como era previsible en una final a priori tan desequilibrada, cayó el Gran Canaria, pero el descarado y aguerrido equipo de Aíto lo hizo con honor en una dura batalla, sin entregar la bandera de la rendición hasta los últimos segundos. El Gran Canaria logró mantener la emoción hasta que Sergio Rodríguez, con 81-83, abrazó definitivamente la Copa al anotar los dos últimos tiros libres del Madrid, llevado casi al límite por los insulares.

A los novatos en una final copera hay que agradecer que, después de dar la campanada ante el Valencia, protagonizar una espectacular remontada frente al Bilbao y, tantísimo esfuerzo, tratasen de tú a tú al favorito, que en el momento de la verdad, en el último cuarto, debió recurrir a sus jugadores más físicos. Entre ellos, Ayón, Nocioni y Rivers, que pareció matar el duelo desde el exterior a falta de tres minutos (68-78), hasta que los amarillos volvieron a resucitar con el imparable Albert Oliver, quien contagió de energía y fe a los suyos.

Rebote y trabajo físico

Aunque el Real Madrid estuvo en tres ocasiones con 10 puntos de ventaja, nunca pudo el equipo de Laso tomar una ventaja superior a los 12 (70-82), cuando quedaban sólo 1:58 segundos para el pitido final de un exigente enfrentamiento en la pintura, donde Ayón y Reyes dejaron su sello ante el gigante Omic y no permitieron que Hernangómez pisase la cancha, porque el mexicano y el cordobés hasta que le relevó Nocioni- se hicieron imprescindibles en la zona. Al igual que Sergio Rodríguez en la dirección, porque dado que Sergio Llull no tuvo su tarde, el base tinerfeño volvió a exhibir ritmo y maestría para mover el balón ante la defensa presionante y con zona con la que durante muchos minutos los de Aíto provocaron mucho atasco ofensivo en los blancos.

El tremendo acierto que mostró el Madrid en el primer cuarto, donde se labró gran parte del triunfo (67% en tiros de dos y de tres), se fue reduciendo antes del descanso (al 58% y el 30%, respectivamente) por el despliegue defensivo de un bloque insular que también fue mejorando su efectividad desde la larga distancia, liderado por otro nacional, Rabaseda: cuatro triples de siete. El equilibrio en el marcador y en el juego se mantuvo también en la segunda mitad, pese a un parcial de 0-8 del Madrid (de 48-45 a 48-53), porque fueron los canarios quienes tomaron al principio el mando en el tercer período, cuando la defensa zonal blanca no dio entonces resultado. Al contrario que en el parcial definitivo, cuando el Madrid se multiplicó en el rebote y en un trabajo físico fundamental.

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