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El seleccionador Ribera.
Croacia, eterno e incómodo rival

Croacia, eterno e incómodo rival

España se juega el pase a la lucha por las medallas en el Mundial de Francia

MIGUEL Á. PINDADO

Martes, 24 de enero 2017, 00:12

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Llega la hora de la verdad para la selección española de balonmano (20.45 horas, Teledeporte). Hasta la fecha, 'Los Hispanos' han cumplido con el guión previsto y superaron la fase previa y el cruce de octavos del Mundial, que es lo mínimo que se le puede exigir al combinado de Jordi Ribera.

Es a partir de ahora cuando España tiene que demostrar que es una de las selecciones llamadas a estar en el podio.

Otros combinados, con los laureles más recientes como Dinamarca o Alemania, campeona olímpica en Río y de Europa, respectivamente, se llevaron el batacazo en octavos y dejaron, en cierto modo, allanado el camino hacia el podio.

El balance del Mundial para 'Los Hispanos' es simplemente de haber cumplido el expediente. Han ofrecido en casi todos los partidos -quizás excepto con Eslovenia, ante la que se jugó un partido bastante completo-, una irregularidad que no ha pasado factura por la endeblez de los rivales.

A España, o bien le ha costado mucho entrar en los partidos o bien ha acusado pájaras y minutos de descontrol que han impedido machacar al rival -salvo a Angola-. Pero ahora, ante los auténticos pesos pesados del balonmano mundial no caben los errores, ni los despistes, porque serán los pequeños detalles los que marquen las diferencias y concedan el éxito o el fracaso.

España necesita de movilidad y rapidez a la hora de enfrentarse a las defensas rivales, porque carece de lanzamiento exterior y debe buscar la basculación de la zaga para encontrar los huecos por los que penetrar o ganar la superioridad. Ante Brasil hubo momentos de precisión y rapidez, pero también ofreció muchos minutos de ataques excesivamente estáticos, que facilitaban las labores defensivas. Además, mejorar el 60% de lanzamientos desde los seis metros que se consiguió ante Brasil es algo obligatorio si España quiere luchar por las medallas.

Porque Croacia es, sin duda, una de las grandes selecciones del balonmano mundial, ante quien España se jugó en numerosas ocasiones ese éxito o fracaso. Sin ir más lejos, en el pasado Europeo 2016, en Alemania, la selección dirigida entonces por Manolo Cadenas apeó de la lucha por el oro a los croatas en semifinales (33-29), que se tuvieron que conformar con el bronce. España finalmente fue plata al perder ante Alemania.

De aquella selección del año pasado cayeron nombres ilustres y casi eternos en el combinado balcánico como el gigante Kopljar, el extremo Cupic o el guardameta Alilovic, en una renovación dirigida por el técnico Babicl, que ha introducido a hombres que han ido ganando peso en el equipo nacional como son el central Cindric, los pivotes Musa y Kontrec, el lateral diestro Mamic o los extremos Mandalinic y Mihic, a los que había que sumar al ya veterano y exquisito Duvnjak, como auténtico director del juego croata, o los extremos Horvat y Strlek, casi infalibles y rapidísimos en los contragolpes. En la portería cuenta con Pesic y Stevanocic, que ha sustituido a Ivic.

Croacia conserva su característica defensa 3-3 pero no desdeña el 5-1 o el 6-0 cerrado. La verstilidad de sus hombres le permite afrontar diversos esquemas sobre la marcha, si bien necesita los cambios en el balance para proteger mejor su portería, que se queda en un 30% de paradas.

Ahora bien, la principal virtud del combinado croata es sin duda que se trata de un equipo coral, en el que si bien por nombre destaca sobremanera el central Duvnjak, también cuenta con jugadores que se están ganando un prestigio internacional, como es el caso del central Cindric, que milita a las órdenes de Raúl González en el Vardar macedonio, y que se ha convertido, con sus 180 centímetros, en el máximo goleador del equipo, con nada menos que 27 tantos.

Los otros partidos de cuartos son Noruega-Hungría (17 horas), Francia-Suecia (19 horas) y Eslovenia-Catar (20.45 horas).

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