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JAVIER BRAGADO
Viernes, 28 de octubre 2016, 00:19
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En el historial de Aitor González hay una interminable lista de hazañas y errores singulares. Pero si sobre la bicicleta el vasco pudo presumir de grandes éxitos como la Vuelta a España de 2002, desde que abandonó sus aventuras sobre ruedas su camino ha sido tan oscuro como el de las noches en que cometió sus presuntas fechorías con cocaína y sicarios incluidos.
La última de las equivocaciones ocurrió aproximadamente a las dos de la madrugada del lunes al martes. Un agente fuera de servicio alertó a una patrulla cuando encontró a Aitor González en una calle de Alicante (cerca de su residencia habitual en San Vicente del Raspeig) con un martillo ante una tienda de móviles que ya tenía un cristal y una persiana rota.
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