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Asturias se hace grande en la Vuelta

Asturias se hace grande en la Vuelta

La edición de 2017 contará con dos finales en Gijón y L'Angliru, este último decisivo

J. GÓMEZ PEÑA / E. ALONSO

Viernes, 13 de enero 2017, 00:09

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Hace ya veinte años, a Enrique Franco, entonces director de la Vuelta, le preguntaron por sus sueños. Entonces ni soñaba con L'Angliru, esa montaña que se mete por la ventanas de Oviedo, que cambia de color al capricho del sol y que no parecía hecha para el ciclismo. Hasta allí arriba sólo se atrevía a trepar un camino ganadero. Era, pese a estar tan a la vista, una montaña invisible.

Así comienza la historia del mito de la Vuelta. Lo holló primero el 'Chaba' Jiménez en la edición de 1999 y el francés Elissonde cerró esa lista hace cuatro años. L'Angliru volverá este año al perfil de la carrera. Y ocupará el mejor lugar: el último. Será el puerto final de la ronda. El sábado 9 de septiembre. Será una etapa dura la vigésima, de 119,2 kilómetros, con nacimiento en Corvera y con las rampas de los altos de La Reigada, Cobertoria y Cordal como exámenes iniciales. El pelotón discurrirá por Grado, Trubia, Proaza, Bázana y Riosa ante de asaltar 'el muro'. De su cima saldrá, probablemente, el ganador de la Vuelta 2017.

Un día antes habrá más ciclismo en Asturias. La etapa decimonovena llegará a Gijón el viernes 8 de septiembre. Será la vigesimoquinta vez que un ciclista levante los brazos en una meta instalada en la ciudad. No lo hace nadie desde 2002, cuando Serguei Smetanine fue el más rápido por las calles gijonesas. Un año después, pero en versión de lucha contra el crono, el equipo ONCE se llevó la corona en Gijón.

El pelotón partirá ese día de Caso, en el Parque Natural de Redes, en dirección a Gijón. 153 kilómetros que harán volar a los ciclistas por los altos de la Colladona, Santo Emiliano, la Falla de los Lobos y San Martín, y por las localidades de Cabañaquinta, Nava y Pola de Siero, entre otras.

Primero, Gijón. Y, después, L'Angliru. Desde la cima de este último ya solo quedará el paseo final por Madrid para una edición que comenzará en Nimes (Francia) el 19 de agosto con una contrarreloj por equipos en la ciudad más española de Francia, y que finalizará el 10 de septiembre con el sucesor de Nairo Quintana en la cúspide del podio madrileño.

Casi la mitad de la etapas, nueve, serán finales en alto. Al gusto del público. Tras partir desde la plaza de toros de Nimes, las montañas nevadas de Andorra catarán pronto, en la tercera etapa, las fuerzas de los líderes. Luego, aún bajo el calor de agosto, las explosivas cimas mediterráneas harán de examen. Ahí esperan los muros de Alcossebre -novedad en la quinta etapa y con rampas del 20%-, del Xorret del Catí y de las Cumbres del Sol.

También Andalucía, en el ecuador de la carrera, podrá presumir de altura con tres metas verticales y fieles a la Vuelta: Calar Alto, que destapó el talento de Igor Antón en 2006, La Pandera y Sierra Nevada. Luego, ya de regreso al Norte, aguarda la única contrarreloj individual (40 kilómetros), en Logroño.

Todo el recorrido está hecho para llegar a la meta con los favoritos casi empatados. Que decidan Cantabria y Asturias. La Vuelta se suma al Año Jubilar Lebaniego con dos etapas cántabras. La primera es de estreno: el puerto de los Machucos, con paredes del 28 por ciento. Y si allí no está el tesoro, siempre quedará el Angliru. En la penúltima etapa. Asturias siempre le ha guardado un regalo a la Vuelta.

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