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Mauleón, a la izquierda, ve cómo Lale Cubino se proclama campeón de la Vuelta a España en 1990 en Vitoria.
Una fiesta de San Mateo con Rominger
ciclismo

Una fiesta de San Mateo con Rominger

Javier Mauleón, el ciclista que más años militó en la estructura del Clas, trabaja en Campagnolo

víctor m. robledo

Martes, 21 de marzo 2017, 03:55

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Cuando Tony Rominger llegó al Clas en 1992, una de las cosas que más llamó la atención a sus nuevos compañeros de equipo fue su timidez. El suizo, un tipo introvertido, reconocía incluso que jamás había salido a tomar una cerveza. Todo cambió después de una Subida al Naranco, en plenas fiestas de San Mateo. Fernando Escartín, Marino Lejarreta, Díaz de Otazu y Javier Mauleón lo convencieron para dar una vuelta por la ciudad y celebrar que la temporada tocaba ya a su fin. El suizo, en plena efervescencia de su popularidad, se convirtió en la gran atracción de la noche ovetense de tantos saludos que repartió. «Parecía Alejandro Sanz por la calle», recuerda entre bromas Mauleón.

La de aquella noche es una de las muchas imágenes que se le han quedado grabadas a Javier Mauleón (Vitoria, 1965), el corredor que más tiempo permaneció en la estructura del Clas. «Esa época es algo que llevo dentro. Aún conservo muchos amigos en Asturias. Estuve todos los años del equipo, excepto el primero», señala con orgullo el vitoriano en conversación con EL COMERCIO desde su ciudad natal, donde trabaja en el servicio técnico de la popular firma de componentes para bicicleta Campagnolo.

Su vida ahora, según resume, es la de «una persona normal y corriente», muy alejada de la que llevaba en sus años en activo. «Ahora estoy metido en el mundo de la bicicleta, pero no en el del ciclismo, porque son dos cosas muy distintas», matiza Mauleón. Entre sus funciones figuran aspectos relacionados con las garantías, las ventas y la reparación. «Es un trabajo de mucho estrés con el teléfono. Antes me gustaba más que ahora», reconoce el excorredor del Clas.

Mauleón solo monta en bici durante el mes de agosto y confiesa que apenas sigue la actualidad del ciclismo profesional: «He perdido mucha afición. Entre semana no puedo y en fin de semana no dejo de hacer nada por ver una carrera, la verdad. Llevo así ocho o diez años. De los corredores actuales no conozco más que a los gallos como Contador o Valverde».

De su paso por el Clas, Mauleón recuerda también las concentraciones en Salinas y las presentaciones del equipo en el restaurante La Gruta. Su mejor momento deportivo, al margen de sus participaciones en el Tour o el Giro, lo vivió en la Vuelta a España de 1992, cuando logró ganar una etapa con final en el Alto del Naranco. «Me encontraba muy bien en esa Vuelta. Ganar siempre es especial, pero hacerlo allí lo fue aún más, y no es por hacer la pelota. En Asturias me encontraba como en casa. Es la victoria que más ilusión me ha hecho», afirma. Aquel año finalizó en décima posición en la clasificación general.

Precisamente para la afición asturiana tiene palabras de elogio el corredor vasco después de tantos años. Mauleón cree que una de las claves del éxito del Clas fue el «arraigo que tuvo» con el público: «Era impresionante cuando corríamos en Asturias. Esa afición sigue ahí. No hay más que ver hoy en día cualquier etapa en los Lagos o LAngliru».

Tras retirarse en 1998 en el equipo Once, Mauleón pasó dos años como mecánico de Festina. Luego entró a trabajar en Campagnolo, donde lleva desde 2012. Aún hoy continúa haciendo alguna escapada a Asturias para visitar a los amigos que dejó en la región gracias a su etapa en el Clas.

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