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ENRIQUE PABLOS IBÁNEZ
Domingo, 26 de abril 2015, 01:04
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El Club Marino de Luanco lo intentó con todo en tierras pucelanas, frente al Valladolid B, pero finalmente vio como se le escapaba un punto cuando parecía tenerlo más que atado, en el último suspiro (1-0). Y es que, prácticamente sobre la bocina, un gol del ariete del filial blanquivioleta, Guille Andrés, fue suficiente para que el triunfo se quedara en la capital del Pisuerga ante un conjunto marinista muy serio en defensa y que a punto estuvo de sorprender a los vallisoletanos.
De inicio, el Marino llegaba a Valladolid ya descendido y sabedor de que la próxima temporada tendrá que jugar en Tercera División. Aún así, los futbolistas luanquinos arrancaron el choque con la idea dar la sorpresa ante un Real Valladolid B demasiado irregular a lo largo de toda la campaña y al que le cuesta cerrar los partidos a pesar de su superioridad técnica.
De esta forma, los azulones saltaron al terreno de juego de los Anexos al José Zorrilla dispuestos a dar guerra y con un entramado defensivo muy bien asentado sobre el césped artificial vallisoletano. Los marinistas plantaron batalla ante un filial que combinaba con fluidez en la zona ancha del terreno de juego, pero que tenía serias dificultades para superar la muralla defensiva visitante. No le sería nada fácil conseguir un gol al equipo blanquivioleta en el encuentro. Un tanto que llegaría en el minuto 89.
Pero antes, y pese a todo, la falta de precisión en el último pase de los locales y la escasa profundidad de sus acciones facilitó sobremanera la labor defensiva del Marino, que veía como, poco a poco, iban pasando los minutos sin que el Valladolid B se acercara con demasiado peligro a su portería.
Sin cambios tras el descanso
Tras el paso por vestuarios, la tónica del partido apenas sufrió variaciones, con un Marino muy asentado atrás y que buscaba sus opciones a la contra, aunque de una forma muy tímida. Por su parte, los de Rubén de la Barrera trataban de estirarse, aunque sin éxito, ya que sus acciones no lograban encontrar fisuras en la retaguardia asturiana.
En el tramo final del choque y cuando todo parecía dispuesto a concluir con reparto de puntos, un cabezazo picado del delantero local Guille Andrés a pase de Javi Navas desde la banda derecha sentenciaba el partido en el último minuto para los blanquivioletas. Tres puntos vitales para ratificar la permanencia ante un rival que, por momentos, puso contra las cuerdas al once vallisoletano.
El Marino se queda con 20 puntos en su casillero y recibirá el próximo fin de semana a la Unión deportiva Logroñés en Miramar.
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