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Dani Busto
Sábado, 3 de octubre 2015, 00:17
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Será una temporada en blanco. La campaña 2015-2016 servirá para desconectar y recuperar energías. No se trata de una lesión física, pero sí fue un duro golpe a la moral y al estado de ánimo. La joven árbitro Zaira Moro (Gijón, 2000), que fue gravemente insultada por un espectador durante un partido de fútbol el pasado mes de mayo, se tomará un año sabático, alejada completamente de los terrenos de juego.
La gijonesa ya anticipó sus intenciones durante la pasada noche del lunes en el programa deportivo 'El partido de las 12', de la Cadena Cope. Zaira quiere arbitrar, asegura que le gusta el fútbol y que pretende dirigir encuentros, pero reconoce que eso será a partir de la temporada 2016-2017.
La pasada campaña fue su primera experiencia en el mundo del arbitraje, y tras completar el curso de iniciación de la Federación de Fútbol del Principado, comenzó a dirigir sus primeros encuentros dentro del fútbol base asturiano. «Quise experimentar lo que era ser árbitro, y la primera vez que arbitré me sentí genial», recuerda la joven, de 14 años. Fue en un partido entre equipos alevines cuando, al parecer, un espectador la insultó de manera denigrante ante el asombro de ella misma y de su padre, que se encontraba en la grada.
Aquellos hechos la afectaron hasta el punto de decidir abandonar una labor que había comenzado recientemente. Cuando su caso se dio a conocer, meses después, el apoyo mostrado hacia la gijonesa fue notable. «Nunca pensé que fuera a recibir el apoyo de tanta gente», afirmó Zaira. Unas muestras de cariño y de ánimos que renovaron la confianza de la joven.
Ahora, asegura que desde el colectivo arbitral «me han animado para que siguiera, y me han dicho que podía volver cuando quisiera». Un regreso para el que, en un principio, tendría que realizar de nuevo el curso de iniciación al arbitraje, que organiza cada año la Escuela de Árbitros de la Territorial.
La intención de Zaira pasa por mejorar y progresar en el mundo del arbitraje. Confía en «volver a por todas y con muchas ganas» para la próxima temporada, tras sentirse respaldada y con la moral reforzada después de madurarlo durante un año. La joven se muestra convencida de que puede ascender algunas categorías con el paso de los años, tras adquirir el temple y los conocimientos necesarios para dirigir encuentros de mayor dificultad.
De momento, su breve experiencia en los terrenos de juego fue con partidos entre niños pequeños, quienes «no protestan, quieren aprender y divertirse, como yo», aunque, desafortunadamente, se haya encontrado en las gradas con algún energúmeno aislado.
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