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Sergio Ramos remata de cabeza en la jugada que supuso, en el último minuto, el empate del Real Madrid en el Camp Nou.
Ramos frena la reacción del Barça

Ramos frena la reacción del Barça

Un gol del defensa en el minuto 90 evita la victoria local en el Camp Nou y permite al Madrid mantener seis puntos de ventaja

JESÚS BALLESTEROS

Domingo, 4 de diciembre 2016, 01:19

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Especialista en levantarse de la lona sobre la bocina, el Madrid sacó un empate del Camp Nou cuando el Barcelona ya saboreaba el triunfo y su reenganche a la Liga. Otra vez fue Ramos. El héroe blanco. El que volvió a volar por encima de la defensa rival en una jugada a balón parado para conectar con todo el madridismo, que se quejaba ya de una derrota quizás injusta y que respira al ver nuevamente al rival a los mismos seis puntos de distancia con los que arrancaba el clásico.

El primero de los duelos entre Barça y Madrid del presente curso acabó en tablas merced a dos jugadas a balón parado. Salida de emergencia para dos escuadras que no encontraron el camino del gol desde la creación. Pese al empate, se debe subir el Barcelona a la ola de Iniesta para creer en la Liga y recuperar el fútbol que había dejado en el camino. El manchego reapareció tras 40 días de baja. Una ausencia que ha dejado un mar de dudas en Can Barça.

Nadie descubre a estas alturas de la película que la falta de Iniesta dejó huérfano al equipo en la línea de creación. Ansioso por llegar a la meta de Keylor Navas, parecía despreciar así su ADN. No es nuevo y los resultados más recientes están ahí para confirmarlo. Ya son tres los partidos sin ganar en la Liga.

Con Iniesta en el banquillo, la presencia de André Gomes junto a Rakitic pretendía aportar algo de físico a la batalla que se iba a librar. Más físico de lo habitual fue este duelo en el que el Madrid sacó más rédito a sus piezas. Isco asumió galones en la creación, Kovacic se mostró infranqueable y Modric fue el termómetro que le faltaba al Barça. Si bien, era Lucas Vázquez el que más sobresalió. Mostró un enorme poso de gran futbolista.

Respeto o miedo

Desde la primera jugada del choque en la que reclamó penalti, estaba en casi todas las acciones de peligro. Más y mejores para los de Zidane. Mientras, el Barça se mostró yermo en ataque, y el Madrid encontró mejor el camino hacia la portería rival. Ter Stegen evitó un par de ellas con las que la igualdad en el marcador podría haber quedado rota antes del descanso.

Para entender el primero asalto entre culés y merengues habría que ser capaz de discernir si lo visto sobre el verde era respeto o miedo. Fina es la línea que separa a ambos sentimientos. Una derrota de los locales dejaba la Liga a merced del Madrid, pero a éste parecía pesarle igualmente el hecho de poder dejar sentenciados a los azulgrana. Un empate en la Ciudad Condal siempre es buen botín debieron pensar los pupilos de Zidane. Aún así, presionó, jugó mejor y, de haber estado acertado Cristiano, el marcador hubiera sido distinto.

Ante la ausencia ya crónica de un fútbol fluido, el Barcelona encontró el bote salvavidas en un recurso que no le es indiferente esta temporada. Una jugada a balón parado le daba la inyección de moral necesaria para afrontar un partido que controlaba el Madrid en todas sus facetas.

Pero no fue el gol, sino la salida de Iniesta lo que terminó de liberar a los suyos. Regresó el de Fuentealbilla a los terrenos de juego y el barcelonismo sonrió y respiró aliviado. Jugó con los tiempos el manchego y permitió al conjunto culé ver el horizonte de forma distinta. Llegó la mejor versión del Barça en el partido. Neymar, ausente hasta el centro del tanto, recuperó la verticalidad para disfrutar de una de las mejores ocasiones. Erró el brasileño que pudo haber sentenciado. Como también pudo hacer Messi en los últimos 10 minutos de partido. Gazapos que terminaron siendo determinantes.

La omnipresencia de Iniesta

Con un mayor control del juego, las estrellas del Barcelona se asociaban con facilidad. Messi recuperó el desborde ayudado por la omnipresencia de Iniesta. Hasta se atrevió el canterano con una aproximación a la meta visitante. Los cambios de Luis Enrique aportaron mayor rendimiento a los que venía realizando su homólogo blanco. A Casemiro le costó entrar en la intensidad que exigía el clásico y eso lo pagó el Madrid en el eje de la medular.

Si bien, no bajó los brazos el equipo blanco. Nunca lo hace, aunque la ausencia de ocasiones era palpable. Benzema apenas tuvo relación alguna con el balón y Cristiano pareció evadido de su responsabilidad. Al portugués le pesaron unos problemas físicos que viene arrastrando. No obstante, los partidos con el Madrid no acaban hasta que los protagonistas están en el vestuario. El luso tuvo el empate en su cabeza. Sacó Piqué el gol. Pero instantes después nadie de la zaga blaugrana pudo con el testarazo de Ramos, especialista en estas lides.

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