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El arquitecto gijonés del fútbol indio
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El arquitecto gijonés del fútbol indio

José Hevia ha conquistado el campeonato nacional sub 16 con el Minerva Punjab tras desarrollar la academia del Pune City

iván álvarez

Martes, 28 de febrero 2017, 03:17

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José Hevia ha cumplido a rajatabla en 2017 la manida afirmación que indica que a la llegada del mes de enero le corresponde una vida nueva. Con la esperanza de embarcarse en otro reto en los banquillos tras desarrollar la academia del Pune City, el currículo del entrenador gijonés estaba en la mesa de varios clubes indios para dirigir sus categorías inferiores y su estilo de juego gustó en el Minerva Punjab, recién llegado a Primera División.

La clasificación del equipo sub 16 para la fase final del campeonato nacional aceleró el proceso de su vuelta al país asiático. «Me llamaron el 31 de diciembre y el 1 de enero ya tenía que coger un vuelo», explica Hevia. Acostumbrado a armarse de paciencia en su experiencia en Pune ante un pausado ritmo de vida indio que también encontraba su reflejo en el fútbol, a su llegada a Chandigarh, la ciudad del Minerva Punjab, se encontró con un panorama radicalmente distinto.

«El propietario se reunió conmigo y me dijo que tenía un mes para hacer al sub 16 campeón», recuerda el técnico gijonés, que no titubeó ante la elevada exigencia. «Le respondí quién dijo miedo», evoca sobre el inicio de una carrera a contrarreloj con un exitoso desenlace. Programó una minipretemporada de veinticinco días con sesiones de mañana y tarde para trabajar «cuatro conceptos básicos a nivel defensivo y ofensivo», a los que sacó un óptimo rendimiento en el campeonato disputado en Bombay, con cinco encuentros en los que su equipo logró un pleno de triunfos.

Esperanzado en realizar un buen papel en el torneo «porque veía al equipo funcionando bien», José Hevia reconoce la ventaja que le otorgaba conocer la mentalidad del futbolista indio de su paso previo por las categorías inferiores del Pune City. «Aquí en el momento que les aprietas un poco más de la cuenta se vienen abajo», expone el gijonés, que empleó ese aprendizaje para desafiar los pronósticos en el campeonato nacional sub 16.

«Nos tocó jugar contra los finalistas del año pasado y contra el candidato más grande, la TAPA Academy, que están metiendo muchísimo dinero en el proyecto. Todo el mundo nos daba por perdidos, pero nuestro rendimiento fue ascendente», señala sobre el camino hacia un título que conquistaron frente al Ozone, un equipo de la ciudad de Bangalú incapaz de hacer frente al juego de los jóvenes del Minerva Punjab pese a la vitola de favorito que le acompañaba tras solventar su semifinal con un contundente 4-1.

«Íbamos de tapados. Este equipo llevaba dieciocho partidos seguidos ganados, pero la final no pudo ser mejor. Nuestro portero apenas tocó un balón en la primera parte», indica orgulloso Hevia, que gracias a los tres goles en apenas 32 minutos de su equipo dejó sentenciado un título que llegó con el dulce sabor de ser conquistado con un estilo diferencial. «Ver a un equipo sub 16 aquí sin buscar el juego directo como buscan aquí y observar que intentas construir la jugada desde la primera línea les chocó y fueron todos halagos», resume el técnico asturiano.

Catapulta al primer equipo

El título reforzó la idea del propietario del club de implantar ese estilo de juego en el equipo de Primera División y a José Hevia, ahora en el cuerpo técnico del primer equipo como segundo entrenador y responsable de metodología y planificación, le ilusiona la posibilidad de poder incorporar a medio plazo a los jugadores del conjunto sub 16, flamante campeón nacional. «Todos tienen contratos por cinco años. En tres o cuatro quieren que sean el bloque del equipo profesional», indica satisfecho del proyecto que quiere llevar a cabo su club.

«Estuvimos preparando algunas de las jugadas empleadas en el equipo sub 16 con el equipo sénior y para mí es un orgullo enorme», agrega sin ocultar que el conjunto de Primera División, octavo en un campeonato compuesto por diez equipos, «no termina de arrancar». En un país en el que su fútbol la técnica supera a la táctica, José Hevia sabe que queda mucho camino por recorrer, aunque le gusta la idea de cantera que se promueve desde la cúspide del club.

«Por suerte quieren trabajar como se trabaja en Europa y también defender los jugadores de la casa», explica el gijonés, que señala que la mayoría de jugadores indios emergen de la zona de Manipur, situada entre Nepal y China, y aboga por trabajar con los de la región de Punjab para satisfacer el deseo de la entidad. «Es un equipo pequeñito, muy familiar, pero estoy muy cómodo. Si ya venía con buen nombre, el título acabó de confirmarme», concluye tras finalizar con éxito su segunda reforma propuesta desde los cimientos del fútbol indio.

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