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Maximino Martínez.
«Algo hay que hacer con la violencia en las gradas, pero en Asturias no se prodiga»
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«Algo hay que hacer con la violencia en las gradas, pero en Asturias no se prodiga»

El presidente de la Federación asturiana cree que son hechos «aislados» producto de la «falta de educación»

EDUARDO ALONSO

Jueves, 30 de marzo 2017, 00:15

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El fútbol baja la cabeza. Se abochorna. Todo es vergüenza y condena. Las numerosas peleas entre padres de las últimas semanas, ante la mirada de los niños que juegan los partidos y los aficionados que pueblan las diferentes gradas, han indignado y, sobre todo, incomodado al mundo del balompié. Por una vez, esas secuencias han despertado, en algunos casos, a las diferentes capas sociales y futbolísticas, que se han llevado las manos a la cabeza.

Algunos, como el presidente de la Federación de Fútbol de las Islas Baleares, Miquel Bestard, ha censurado la pelea que se vivió en el encuentro entre el Alaró y Collerense de la categoría infantil, cuyas imágenes tuvieron una gran repercusión -«esa gente no tiene derecho a estar en un recinto deportivo; han hecho un daño enorme», afirmó-. De hecho, la Comisión Antiviolencia de la Federación de Fútbol de esa comunidad ha enviado a la Fiscalía el vídeo con esas imágenes y presentará denuncias por la vía penal.

Otros, en su caso, como el máximo mandatario de la Territorial de Madrid, ha ido un paso más allá. Paco Díaz ha recuperado una iniciativa que consiste en impartir un taller para padres sobre comportamientos aconsejables ante la práctica deportiva de los hijos, programa que se encontraba paralizado. «Hacer una escuela de padres es muy positivo, el objetivo principal es formarlos para una sociedad de respeto mutuo», hace hincapié el presidente madrileño.

En el caso del Consejo Superior de Deportes (CSD), su presidente, José Ramón Lete, y su director general, Jaime González, también quieren dar un paso más ante estos hechos menos aislados de lo que cabría esperar y que, como ha quedado patente, ejemplifican cómo intercambiar patadas, puñetazos e insultos ante menores. Por eso, el CSD trata de dar una vuelta de hoja al carácter sancionador y recaudatorio de la Comisión de Violencia y destinar el dinero de las multas a campañas de prevención y divulgación en los valores deportivos.

Y, en Murcia, la Territorial puso en marcha en 2016 una campaña contra la violencia bajo el lema 'El respeto se gana', por la que los padres, de la mano de sus hijos, les acompañan hasta el centro del terreno de juego, donde saludan al equipo rival y a los colegiados.

Incluso el Ministerio de Interior, además de aumentar las dotaciones de los cuerpos de seguridad del Estado en aquellos encuentros 'calientes' del fútbol regional, pretende ofrecer cursos de comportamiento a los padres.

Sin duda, son buenas noticias dentro de una triste realidad. Cada semana se repiten escenas similares. La violencia se ha ido instalando en los campos de fútbol. Afortunadamente, Asturias se ha convertido, en ese sentido, en una especie de isla. «Tenemos la suerte de que este tipo de incidentes no se han prodigado en el Principado, salvo en casos aislados», hace hincapié el máximo mandatorio del fútbol regional, Maximino Martínez.

«Erradicarla»

Casi nadie recuerda algo parecido, salvo lo ocurrido hace un par de semanas en un partido entre el Manuel Rubio y el Xeitosa de prebenjamines, saldado con una pelea entre familiares de los jugadores, de seis y siete años. «Siempre hay algo, pero en pequeñas dosis, algo que, en cualquier caso, siempre es lamentable», reprocha el presidente de la Federación Asturiana. «Entiendo que algo hay que hacer con este tipo de violencia en las gradas, pero en el Principado no se prodiga. En cualquier caso, haremos todo lo posible para erradicarla», resalta.

«Yo veo mal cualquier tipo de violencia, pero me gustaría recordar que los incidentes aquí en los últimos años han sido mínimos. Somos afortunados en ese sentido», coincide en la interpretación el presidente del Comité Técnico de Árbitros del Principado, José Manuel Suárez. «Todo lo que sea educar y sensibilizar al entorno es importantísimo», insiste.

Haciendo uso de la hemeroteca, situaciones vergonzosas como las que han poblado los medios de comunicación en las últimas semanas son escasas en Asturias. «Se trata, en principio, de una falta de educación», analiza Maximino Martínez, que considera que esta violencia en el deporte no es una cuestión que afecta solo al fútbol y que califica de «aislada» cuando se alude al Principado. «Habría que mentalizar no ya a los jugadores, sino a los padres, abuelos... No se debe alarmar sobre este tema, pero hay que trabajar para que no se produzcan de nuevo», puntualiza. «No deberían ocurrir estos hechos porque los que los originan son precisamente los que educan a estos niños: sus padres», añade José Manuel Suárez.

Las promesas del fútbol asturiano aprenden de los futbolistas mayores, de los colegiados, de los técnicos y, por supuesto, de los padres. «No entiendo que un padre se pueda pegar delante de su hijo. No me entra en la cabeza», reflexiona el presidente del Comité Técnico de Árbitros del Principado, que considera que buena parte de la ausencia de incidentes corresponde al trabajo de los propios clubes. «Me consta que funciona, en este sentido, muy bien, por ejemplo, el Arenal de Gijón. Son gente que conviven en el centro social y que, a la hora de disputar un partido, ponen todo el énfasis en animar e, incluso, protestar, que no es nada malo, pero con parámetros que son normales», asegura.

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