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Encuentro disputado entre el Sporting y el Betis en El Molinón. Juan Manuel Serrano Arce
Adiós a la Copa con buen sabor

Adiós a la Copa con buen sabor

La entrada de Halilovic en el segundo tiempo revolucionó el juego del Sporting, pero le faltó el acierto  que tuvo el Betis

Manuel Rosety

Martes, 15 de diciembre 2015, 20:18

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Pudo ser, pero faltó acierto y sobraron errores defensivos. Aunque parecía que los dos goles de ventaja del Betis eran mucha renta, el Sporting despachó un partido aceptable, sobre todo en el segundo tiempo, con la entrada de Halilovic y un talante más ofensivo y ambicioso, pero los riesgos defensivos fueron determinantes.

 

       Abelardo hizo una alineación muy distinta a la habitual de la Liga, en la que sólo se mantuvieron los sancionados Luis Hernández y Bernardo, más Isma López y Nacho Cases. La principal novedad fue Álex Barrera, quien volvió a jugar diez meses después de haber sufrido una lesión de rodilla. Por su parte, el Betis también utilizó a los no habituales. Respecto al partido del pasado sábado en Las Palmas sólo jugaron inicialmente Jordi Figueras y Xavi Torres, si bien no son titulares.

        El Sporting asumió el control del partido desde el primer momento, pero se encontró un Betis bien posicionado y más tranquilo, por la ventaja de dos goles. En cualquier caso, el juego no se distinguía por la intensidad, principalmente por las reservas del Betis y sus pérdidas de tiempo, que no controlaba el berciano José Luis González.

          El conjunto gijonés estaba más revolucionado, y, aunque salía con cierta rapidez hacia el campo rival, la falta de espacios retrasaba su juego. De todas formas, los rojiblancos asumían más riesgos y creaban algunas complicaciones en el juego aéreo. Así llegó el primer gol, en un saque de esquina de Rachid, con un lanzamiento pasado, que Bernardo cabeceó con potencia. El balón superó a Dani Giménez y Wolfswinkel lo despejó dentro de la portería.

        Parecía que el panorama se aclaraba para los gijoneses, pero en la primera aproximación de los béticos llegó el empate, en un pase vertical de Van der Vaart a Wolkswinkel, quien ganó la posición a Guitián y superó por bajo a Alberto García, quien llegó a tocar el balón, pero sin cambiar la trayectoria.  

        Con la igualada en el marcador, el Sporting asumió más riesgos y atacó con demasiadas prisas. Las mejores jugadas llegaron por las bandas, pero sin precisión en los últimos metros. Álex Menéndez, que estuvo muy incisivo por la banda izquierda, fue el que más llegó y tuvo una buena ocasión para marcar, pero su tiro dio en el cuerpo de un defensa.

        Las prisas influían en el juego gijonés, con abuso de balones centrados, a la espera de aprovechar el juego aéreo, pero en esa faceta estuvo muy bien el portero visitante. Por su parte, el Betis estaba tranquilo, con una ventaja sustancial para superar la eliminatoria.

        En el descanso, Abelardo cambió el equipo con la entrada de Halilovic por Nacho Cases y pasó a una defensa de tres, con Guitián en el centro del campo. Dio resultado la variante, porque al minuto llegó el segundo gol, en un disparo cruzado de Halilovic. El tanto revolucionó a los rojiblancos, que mostraron una intensidad total, sólo frenada por la pasividad arbitral ante las pérdidas de tiempo de los visitantes.

        El dominio era pleno de los rojiblancos, aunque el Betis daba muestras de peligro en los contrataques, si bien no podía con la intensidad de los locales. La entrada en juego de Carlos Castro aumentó las opciones de remate. El problema del Sporting eran las prisas, ya que el tiempo corría y hacían falta dos goles.

        La presión de los rojiblancos les permitía recuperar con facilidad el balón. En una rápida acción de Rachid llegó un penalti en mano de N-Diaye, que Halilovic transformó. El Molinón era un delirio. El Betis estaba asediado por un Sporting volcado, apoyado por un ambiente de gala. Pudo llegar el cuarto, incluso hubo un penalti a Carlos Castro no señalado muy claro. El Betis solucionó la eliminatoria con otro gol de Wolfswilken, al cabecear un servicio pasado de Portillo al ganarle la posición a Álex Menéndez. Ahí se acabaron las esperanzas gijonesas, en un partido en el que hicieron méritos para superar la eliminatoria. En el cómputo de los dos partidos, los rojbilancos fueron mejores, pero el acierto fue decisorio. Ya con todo decidido se produciría el empate de Cejudo, en una acción de contrataque, que ya no tenía ninguna influencia.

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