Borrar
Guardiola, en el bernabéu
La excelencia de Pep se marchita por primavera
Fútbol | Liga de Campeones

La excelencia de Pep se marchita por primavera

Guardiola afronta un reto en el que ya tropezó su obra más completa, el Barcelona

Miguel Sesé

Jueves, 24 de abril 2014, 18:11

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El Bayern de Pep Guardiola pretende ser un calco, mejorado, de aquel Barcelona que maravilló el mundo futbolístico durante casi un póker de años. Soportando críticas de un país acostumbrado a un fútbol más directo, e incluso dardos envenenados de algunas leyendas de la propia estructura del club, el entrenador, siempre fiel a su idea de toque y posesión, se enfrenta ahora a una barrera que en ocasiones ha sorteado pero que se le suele atragantar. Yes que sus equipos sufren cuando equipos grandes y con presupuestos millonarios se sienten cómodos entregando la pelota y contragolpean buscando las pocas flaquezas en un sistema de juego que pretende la excelencia pero que deja puertas traseras en forma de vulnerabilidad. Y curiosamente, esos problemas le llegan siempre en la misma época del año.

«No se puede controlar todo el tiempo el contragolpe del Real Madrid, el mejor equipo del mundo buscando espacios», explica entre resignado y furioso el técnico bávaro después del revolcón en el Santiago Bernabéu. Dentro de su habitual compostura también hubo una falla. No es que mejorasen en la segunda parte, argumentó, es que «en la primera no han dado tres pases seguidos» dijo casi entre dientes, mordiéndose la lengua. Su contraataque en los micrófonos fue una respuesta ácida al amargor provocado por una derrota en un partido aparentemente controlado, disputado bajo sus designios y en el que no alcanzó el éxito deseado. Beckenbauer echó leña al fuego:«Tener la posesión no significa nada cuando es el contrario el que crea las ocasiones». El presidente de honor del club es una de las voces más discordantes respecto a los mandamientos del técnico.

Ayer fue el Real Madrid, aunque al entrenador del Bayern le queda el turno de réplica de la vuelta, pero antes, cuando sus ideas jugaban de azulgrana, estuvo a punto de ser el Chelsea de Hiidink, y otros como el Inter de Milán de Mourinho, el Chelsea de Di Matteo y el propio equipo blanco del portugués sí consiguieron derrumbar el mito de la posesión asociada al triunfo. El estilo de Guardiola tiene superioridad técnica y numérica, e incluso un cierto halo de mirar por encima del hombro al resto de propuestas, más rácanas en su idea y más mundanas en su puesta en marcha. Los guarismos dan la razón a Pep, pero no siempre, y a esas excepciones se agarran los que quieren vulnerar un proyecto ambicioso al que, según la prensa alemana, se le empezó a escapar el triplete en el partido del miércoles en Chamartín. Yes que los problemas del entrenador van asociados a la recta final de la temporada, o a la primavera, época imprevisible en la que puede convertirse en negativo hasta haber ganado la Bundesliga con varios meses de antelación.

«Se van a quemar hasta los árboles»

Ahora, el Allianz será su principal baza para impedir episodios como el que evitó el Iniestazo en Stamford Bridge, o los conseguidos por el Inter en el partido que pasó a la historia por los aspersores del Camp Nou, el gol en la prórroga de la final de la Copa del Rey de Cristiano en Mestalla o la cabalgada de Torres que cerró una eliminatoria abierta en Londres con un gol de Drogba prácticamente calcado al anotado por Benzema en el coliseo blanco.

Para evitar otro golpe a su forma de entender el deporte rey, hasta Rummenigge se ha puesto del lado del técnico, cuyo fútbol ha asolado la liga alemana. «En el partido de vuelta va a haber 70.000 espectadores detrás de nosotros. En Múnich se van a quemar todos los árboles». Apelar a la épica con un estilo que defiende justo lo contrario, el autocontrol por encima de todo. Cualquier cosa con tal de frenar las estampidas blancas. Una defensa lenta es el gran pero en el engranaje bávaro que ahora busca voltear el 1-0 de la ida, sobre el que opinó hasta Paulo Coelho, afirmando en las redes sociales que «lo importante no es jugar bien, lo importante es ganar». El resto, posesión y pases hasta encontrar el gol. El estilo de Guardiola, el fútbol de toque, ante su eterna reválida.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios